“¡¡¡LA SANTIDAD ES SUMAMENTE CONTAGIOSA!!!”
La santidad es sumamente contagiosa: el santo es un vector lleno y cargado
de valores.
Los valores de la ética, de la moral o religiosos son el conducto, el
vector y el medio eficaz a través del que se produce el contagio de la
santidad.
Todos hemos nacido para la santidad. Lo que debemos hacer es buscarla con
honestidad, humildad y amor. Le garantizo que la encontrará.
El amor, la humildad y la santidad son los pasaportes para poder aterrizar
y entrar en el territorio maravilloso de la santidad.
Todos estamos llamados a la santidad, solo hay que corresponder con el
corazón y el alma repletos de felicidad, que nos la da la honestidad, la
humildad y el amor a los demás.
La santidad es sumamente contagiosa. Déjese contagiar conjugando el verbo
amar.
Para llenar la vida de valor y contenido hay que rezar, y los que no son
creyentes hacer pequeños sacrificios
“¡¡¡La oración es la charla, inmediata, certera e instantánea con Padre
Dios!!!”
“¡¡¡La oración es el vector que contamina la santidad!!!”
Estar contaminado por la santidad, es ser uno de los privilegiados que
viven soñando, pesando y amando a los demás.
El amor a los demás tiene tal poder de contagio, que una vez contaminado ya
no hay forma de vivir sin amar a los demás.
El amor a los demás nos enriquece: nos convierte en los super millonarios
de la felicidad y de la libertad.
La felicidad y la libertad se complementan para juntas llegar a gozar de la
plena felicidad en la plena libertad.
No lo dude: Pruebe y verá. “¡¡¡Ya me lo contará!!!”
Contágiese de la santidad, para ver y vivir el presente con toda realidad.
La realidad es algo objetivo.
La realidad debe ser el vivir con honestidad, amor y humildad para que no
haya nada que obscurezca la luminosidad de la realidad.
Hay quien se encandila con la luminosidad de la honestidad, y se convierte
en corrupto para amasar dinero y poder y vivir esclavo de esos poderes del mal.
La santidad es sumamente contagiosa. Una vez contagiada, la bondad y la
misericordia serán sus amigos de verdad.
El viaje de la vida tiene muchos billetes. Compre siempre butaca en el
vagón de la santidad, y llegará a su destino con plena felicidad.
La santidad lo convertirá en el amigo de los amigos. La hermandad será,
entonces, su hermana por siempre jamás.
No compre el billete del vagón de cola: es el que se mueve más y el mareo
será constante hasta que se baje del tren, y comprobará que no ha llegado al
destino deseado.
El ahorro en santidad disminuye el valor y las condiciones de vida, rebaja
la posibilidades de amar con pasión a todo lo que tiene contenido y valor.
¿Qué cosas tienen valor? Las que dan felicidad.
“¡¡¡Contágiese de la santidad y disfrutará de la plena felicidad que le da
el amor a los demás!!!”
La santidad es contagiosa si sabe aprovechar ese estado ideal.
Aprovechar el estado ideal de la santidad, es haber llegado al mayor grado
de felicidad y de libertad.
“¡No lo dude!” Busque, denodadamente, el contagio de la santidad y ya me
contará.
La santidad es la meta a alcanzar para vivir, repartir y compartir
felicidad y libertad.
Sin santidad la vida se vuelve sosa, sin valor y contenido, y es perder el
tiempo que nunca regresa jamás.
“¡¡¡La santidad es el estado ideal!!!”
“¡¡¡Sea santo y contagiará a los demás!!!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.