“¡¡¡CREO EN
EL SER HUMANO!!!”
Creo en el ser humano. Lo amo apasionadamente.
Creo que el ser humano es la obra maestra de la creación.
Mi creencia, mi amor y mi trabajo se basan en la educación
recibida en valores éticos, morales o religiosos, valores que he aceptado y con
los que trato de ser consecuente.
Mis errores y pecados han sido y son mis olvidos de esos
valores.
“¡Creo en el ser humano honesto y leal consigo mismo y con los
demás!”
Toda división disminuye la mayoría.
“¡¡¡La fragmentación es la destrucción!!!”
“¡¡¡La honesta y participativa unión sigue y seguirá siendo la
solución!!!”
Las creencias políticas, si no están fundamentadas en la
honestidad y en el amor a los demás, son enemigas de la humanidad.
Nadie tiene la verdad absoluta. Pero sí tiene la capacidad de
ver, constatar y comprobar la verdad de la realidad.
La realidad no es subjetiva.
La realidad es incuestionable.
La realidad no se cambia, se mejora.
Tratar de mejorar la realidad es y será siempre una necesidad.
“¡¡¡Siempre es posible mejorar la realidad!!!”
El conformismo y el derrotismo son dos enemigos del ser humano.
“¡¡¡Los seres humanos tenemos que mejorarnos cada día y mejorar,
también todos los días, lo que nos rodea!!!”
El progreso personal y social del ser humano son reales cuando
se combate al mal en todas sus manifestaciones e imposiciones.
El mal nos acecha cada segundo de la vida.
Luchar y vencer al mal es la obligación de cada segundo de la
vida.
Amo apasionadamente al ser humano que lucha contra el mal y que
tiene por valores irrenunciables en su vida los valores y el amor a los demás.
El pasotismo, la despreocupación, los egoísmos, los
paternalismos, son unos enemigos que pueden llegar a ser mortales del bien
personal y social.
Creo en el ser humano leal, honesto y participativo que busca su
bien y el bien de los demás. Lo amo con pasión.
Creo en el ser humano que ama a su congénere, aquel que incluso
está dispuesto a dar la vida por el bien de los demás.
Creo en el ser humano que trata de dedicar su vida a tener y
repartir el bien en la forma de la felicidad y de la libertad.
Creo en el ser humano vital, activo y ejecutivo.
Creo en el ser humano que busca y lucha por el bien y lo
comparte mejorándose a sí mismo y ayudando a que se mejoren los demás.
“¡¡¡La vida tiene valor y contenido cuando la honestidad y el
amor son los cimientos de su verdad!!!”
La felicidad y la libertad -dos logros y exigencias diarias- se
consiguen cuando somos seres humanos leales, honestos y amamos a los demás como
a nosotros mismos.
Creo en el ser humano y estoy dispuesto a dar mi vida
si con ello aparto y destierro al mal y el bien se convierte en el estado
y la vivencia normal.
Dejarse vencer por el mal arrastra y perjudica a los demás.
Todos tenemos la posibilidad de ayudar.
La normalidad es vivir con el bien y apartando el mal.
“¡Creo, espero y necesito al ser humanos normal, que vive y
comparte el bien sin mirar a quién!”
Creo en el ser humano normal.
Todo lo que vaya en contra de la normalidad es un enemigo a
atacar y vencer.
Creo en el ser humano honesto y leal consigo mismo y con los
demás.
Creo en el ser humano que comparte y reparte su felicidad.
Creo en el ser humano que lucha por la libertad.
La falta del amor a los demás arrastra a la persona y a la
sociedad al mal.
Si el mal vence, será la destrucción. Si el bien vence, será la
solución.
“¡¡¡¡¡¡La solución es y será el amor a los demás!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡Creo en el ser humano que ama a los demás!!!!!!!”