“INSISTIR ¿TODO ESTÁ AL SERVICIO DEL SER HUMANO?”

“INSISTIR ¿TODO ESTÁ AL SERVICIO DEL SER HUMANO?”

OJO:  El 14-10-2014 publiqué el mismo tema, y decía que insistía. Ahora seguimos insistiendo.

Desafortunadamente hemos permitido, por activa o por pasiva, que todo no esté al servicio del Ser humano.

Todo - desde la creación – ha sido, es y debe ser para el Ser humano.

Cuando todo no está al servicio de nosotros, no depende de las circunstancias sino de nuestro pasotismo o individualismo ¡depende de nuestro comportamiento!

Somos nosotros y no otros los que consentimos o dejamos que el mal trate de vencer al bien, con el consiguiente y triste quehacer.

La sagrada libertad nos lo permite y hacemos lo que queremos. ¡Esto lo debemos tener siempre en cuenta por las enormes consecuencias, y por nuestra responsabilidad!

“¡¡¡Pero la educación nos obliga a hacer lo que debemos, no solo lo que queremos.!!!”

El que las cosas no estén todas al servicio de nosotros, no es solo culpa del vecino: yo he contribuido con mi pasotismo o con mi activismo.

Me avisaron que me entregarían una mercancía y que sería entre 9 y 12 de la mañana. Cuando no llegaban llamé y me avisan que tenían mercancía para otros almacenes grandes y cuando las entregasen me traerían la mía.

No se guardó un orden de llegada, fue un orden impuesto por el poder del mayor en dinero y cantidad. Y esto se considera normal, y no lo es.

Todo no está al servicio del Ser Humano, está de acuerdo al poder que se tenga o al poder que se les ha permitido que tengan. Y esto se está aceptado como norma de vida.

El poder personal es tal, que sólo yo y mis circunstancias, creadas o no, dependen de mi decisión. Mi decisión es definitoria en mi comportamiento influyendo en la vida propia y en la de los demás.

“¡Si soy pasota y sumo a la mayoría, todo estará al servicio del que tenga más poder, y no del deber!”

¿Cuándo haremos lo que sabemos? ¿Quién no sabe el mal que nos circunda por nuestro pasotismo e individualismo y a pesar de saberlo seguirnos despreocupados?

¡Padre Dios –soy creyente– ilumina a tu pueblo y danos la normal 

sabiduría de la buena educación recibida!