“¡A LOS JÓVENES DE HOY Y DEL MAÑANA!”
La juventud es la época en la que comienzan a
desarrollarse y a liberarse los valores heredados.
Desarrollar los valores es la gran
manifestación de haber recibido, aprendido y repartido los valores heredados.
Los valores son los éticos, morales o religiosos.
La vida personal y social, la vida comunitaria
y participativa comienza a partir de la maravillosa juventud y se desarrolla
con el tiempo.
El pasota es el gran problema de la
actualidad.
El pasota es la tara social y de sí mismo.
El pasota se anula así mismo.
El joven, activo y participativo,
desarrollando sus valores, se convierte en cimiento de una gran y esperanzadora
sociedad y nación. Y contribuye a una sociedad con un presente y futuro mejor.
El progreso de los pueblos, el crecer en
felicidad y libertad, lo crean y desarrollan los jóvenes con valores.
Ser libre y feliz, en especial en los actos
comunitarios, en los actos sociales, es el gran signo del progreso y de un
futuro mejor.
La felicidad es compartir el AMOR Y LA
AMISTAD.
Amar a los demás, y si además se es joven, es
caminar y recorrer todo el camino de la vida llenándolo de satisfacciones y
recuerdos que nunca se olvidarán.
No lo dude, joven activo, honesto y
participativo: todo lo que haga por el bien de los demás, lo recibirá con
creces, y será el cimiento para una vida llena de hechos y vivencias que jamás
olvidará.
El compartir la felicidad y la libertad le
pone en el camino de la santidad.
Tanto los creyentes como los no creyentes son
candidatos natos a la santidad. Todos. Y desde el nacimiento.
La santidad es tener la conciencia tranquila,
por haber buscado la verdad, por haber sido fiel a sus valores y creencias, y por
mirar al futuro con fe, esperanza y caridad.
No lo dude, mi amigo-hermano joven: sea
honesto y participativo y tendrá una vida llena de valores y de contenido, y
gozará de los bienes de la felicidad y de la libertad, y del amor de los demás.
A los jóvenes de hoy y de mañana: no dude en
compartir y participar en todo aquello que cree felicidad y libertad, y tendrá
una vida llena y plena; recibirá de lo que ha repartido. Y cuando llegue a la
vejez su alma y su corazón brillarán como el sol.
"¡La gloria terrenal se logra con el amor
a los demás y aún más, se logra también la felicidad eterna!"
No lo dude, joven de hoy y de mañana: ahora
vive el momento trascendental y necesario para que llene su vida de valor y
contenido. Ahora vive el cimiento de la felicidad, que se incrementará en el
futuro. Y lo que haga, ahí quedará grabado.
Quien ama y participa en el bien de los demás,
camina certero por el bien de la felicidad y de la libertad, de las que gozará
en plenitud, y llenará su vida con lo que ha repartido con prodigalidad.
Quien ama y participa en el bien de los demás,
camina certero por el bien, por la felicidad y por la libertad.
Benditos y alabados sean los jóvenes, de hoy y
de mañana, que comparten su amor, felicidad y libertad con los demás, de ellos
es la gloria de hoy y de mañana.
Los jóvenes son la necesidad y la esperanza en
un mundo mejor.
Benditos y alabados sean por toda la
eternidad.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias por esta reflexión, mi querido Luis. No puedo dejar de estar más de acuerdo con usted.
ResponderEliminarLos jóvenes tienen el reto de crecer como personas y nosotros la responsabilidad de ofrecerles las herramientas necesarias para que salgan airosos.
¡Qué belleza al contemplar cómo la antorcha de los valores pasa de mano en mano, de generación en generación!
Siempre e incondicionalmente
Su amigo el taxista
Gracias mi querido amigo-hermano Dani: Esas palabras le dan un gran valor al contenido de este escrito. Muchísimas gracias, y como creyente: que Padre Dios le bendiga, en su trabajo y afición.
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