“¡EL PROGRESO Y
LA PROFESIONALIDAD!”
El progreso se desarrolla en la materia y en el espíritu.
El progreso no surge por generación espontánea, es una
consecuencia de los valores morales, éticos o religiosos, recibidos, aprendidos
y puestos en práctica.
Por muchos valores que tengamos, si no son operativos y
activos, son un cuento de hadas.
Las enseñanzas son una realidad, y si se convierten en
hechos es porque nos han educado en valores y en la práctica de ellos.
Benditos y alabados sean los padres que educan a sus hijos
en valores, y les explican cómo hay que convertirlos en la práctica de la
realidad diaria y cotidiana.
El progreso hace grandes a los pueblos, y su proyección va
más allá del lugar donde vivimos y morimos. El fundamento del progreso son los
valores.
El progreso en los valores es la forma de alcanzar las metas
que nos propongamos si somos honestos con nosotros mismos y con los demás.
La honestidad sigue siendo un pilar en donde se fundamenta
la felicidad, el progreso y el amor.
La profesionalidad es la consecuencia del progreso en hechos
aprendidos y practicados.
El progreso de los pueblos está en relación directa a la
profesionalidad, honestidad y amor de ese pueblo.
"¡La honesta participación sigue siendo la
solución!"
Viva para aprender y mejorar su profesionalidad, y recibirá
los bienes que le son merecidos, por el esfuerzo personal y por su entrega y
generosidad que lo irá engrandeciendo en bienes materiales y espirituales.
El progreso material, si no va unido al progreso espiritual,
es cojear por la vida, con el peligro de tropezar.
La vida tiene muchas facetas que vivir.
La vida es un constante aprendizaje de hechos y valores que
van fortaleciendo e incrementando el valor personal.
La profesionalidad convertida en realidad, es caminar,
seguro, hacia el éxito merecido.
Dedique una parte de su vida a perfeccionar su
profesionalidad para caminar seguro, y no resbalar en la primera dificultad.
Ser un profesional es una consecuencia de su honestidad, y
de su amor.
La profesionalidad es algo que hay que mantener en constante
actividad y en constante aprendizaje.
Nunca se llega a saber de todo, siempre hay algo nuevo que
aprender.
No todo está ya visto bajo el sol. Aunque haya pocas cosas
nuevas, hay muchas que lo son para cada uno. Hay que aprender.
El sol nos seguirá iluminando para que con su luz veamos y
aprendamos cada día más.
El progreso de los pueblos es la suma de los progresos individuales
que sumados dan el resultado de ganancias materiales y espirituales, que
enriquecen a todos en la medida de la voluntad y el interés personal.
El progreso y la profesionalidad no nos vienen del
firmamento, sino que nos dirigen al firmamento. El progreso lleva a escudriñar
en lo que se ve y no se sabe, y en lo que no se ve pero se sabe o intuye, pero
se busca y se encontrará.
El progreso y la profesionalidad es también el medio y la
forma de enriquecerse material y espiritualmente.
Si en el espíritu no se progresa, tampoco se progresará en
lo material.
"¡El progreso y la profesionalidad, material y
espiritual, deben ser las metas a alcanzar, para vivir y morir con
dignidad!"
El progreso y la profesionalidad se comienzan con la
temprana edad, y llega al cenit con los años cargados de honestidad, trabajo,
especialidad, y, en especial el amor a los demás.
El progreso y la profesionalidad son las metas a alcanzar si
se quiere gozar de bienes con prodigalidad.
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