¿QUÉ SON LOS CALLOS?
Los callos son
un engrosamiento de la piel que, por lo general, es producto del rozamiento.
Hay diversas
clases de callos.
Los callos a
la madrileña son una exquisitez.
Los callos en
los pies, consecuencia del roce de los zapatos, son una molestia, a veces
insoportable.
También hay
callos en las rodillas, en el corazón y en el alma.
Los callos en
el alma, o en el corazón, demuestran el ocultamiento de los sentimientos por
razones morales.
Los callos en
las rodillas son la gran prueba de la oración.
Pero, como
toda regla, esta también tiene excepciones: a veces, los callos son consecuencia del trabajo.
Hoy quiero
referirme a los callos que se producen en las rodillas por rezar.
Rezar -hablar
con Padre Dios al instante- es la forma y manera de comunicarnos con el
Creador. Son las noticias que compartimos con el pensamiento, porque para rezar
no es necesario hablar.
Hablar con
Padre Dios es una forma coloquial de referirse al rezo.
Rezar de
rodillas es una manifestación maravillosa de fe, de esperanza, de caridad y de
amor a Padre Dios.
“¡El grosor de
los callos de las rodillas es la medida de nuestro amor a Padre Dios!”
Me da
vergüenza decir que mis callos tienen muy poco grosor.
“¡Padre Dios!”
Perdona a quién Te ama y Te adora con pasión. Aún no rezo de rodillas lo
suficiente: mis callos todavía tienen un tamaño insignificante.
Espero y deseo
que, durante el tiempo que me queda de vida, mis callos de las rodillas crezcan
sin cesar, para cuando Tú, mi Dios y Señor, me llames, en la hora de partir
para la eternidad, te pueda mostrar las pruebas de mi fe. Confió en que, en ese
momento, los callos de mis rodillas tengan el grosor suficiente para poder
entrar en el cielo.
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