sábado, 11 de julio de 2020

“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!” “¡SEÑOR NUESTRO Y DIOS NUESTRO!”




“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!” “¡SEÑOR NUESTRO Y DIOS NUESTRO!” 

“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!” Ilumina a la humanidad entera para que Te recemos juntos, implorando Tu ayuda para que desaparezca la influencia del mal: este mal cuyo ataque no cesa porque falta nuestra oración, el rezo a Ti “¡SEÑOR NUESTRO Y DIOS NUESTRO!”
Tenemos la gran solución y no la aplicamos.
Con nuestra inacción cooperamos a que el mal se adueñe de nosotros y se extienda como una mancha de aceite, manchando y ensuciando a diestras y siniestra.
¿Por qué todos los que creemos en Dios no rezamos juntos y al unísono por la misma intención?
Me hago esta pregunta desde hace un año y todavía no he logrado contestarla.
No sé el tiempo que me queda de vida porque Dios, a quien todos amamos y adoramos, me ha dado el regalo de tener ya unos cuantos años.
Mientras viva y pueda, seguiré insistiendo. ¿Cómo no lo voy hacer? Saber la solución y no ponerla en práctica es algo que me aterra. Sufro porque veo las muertes que ya ha habido, y las que habrá, y porque estoy convencido de que, entre todos, podemos parar estos males que abrazan y atenazan a la humanidad.
“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!” “¡SEÑOR NUESTRO Y DIOS NUESTRO!” ¿Qué puedo hacer?

1 comentario:

Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.

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