ACLARACIÓN.
No tengo ciencia infusa, ni me las se todas. Sólo quiero al ser humano apasionadamente.
Los errores que cometo, -muchos y a diario- son personales e intransferibles.
Nadie crea que me imagino un “sabelotodo”. ¡Dios me libre! Si lo parezco ruego desechen esa idea, están totalmente equivocados y fuera de la realidad.
Escribo aquello que creo que puede ayudar. Le doy mil vueltas y pido asesoramiento.
Sí hago algo: rezo mucho. De ahí sí me vienen las ayudas.
Sigo las palabras de San Pablo: “el amor a Cristo nos urge”
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