viernes, 12 de octubre de 2012

“EL DÍA DE LA HISPANIDAD”

 “EL DÍA DE LA HISPANIDAD”

 Celebramos el 520 aniversario del descubrimiento del Continente Americano. Proeza española capitaneada por Cristóbal Colón y auspiciada por los Reyes Católicos en 1492, tras la firma de las Capitulaciones de Santa Fe.
Este día se ha titulado “La Fiesta Nacional de España” y “Día de la Hispanidad”, por ser el encuentro de dos Mundos.
La fecha del 12 de octubre de 1492 cambió el mundo, no sólo en la superficie conocida, sino que comenzó lo que debía ser llamado la unión de dos pueblos, que es lo que se pretende conmemorar.
Salvo el error de creer que don Cristóbal Colón  había llegado a la India (por eso fue llamado por siglos las Indias de su Majestad) y de haberse llamado América, concediéndole el  honor de su descubrimiento a don Américo Vespucio (y no a Colón con lo que su nombre acertado hubiera sido Colombia, como lo es ese maravilloso País que se llevó el nombre).
Además, ha sido, y sigue siendo para los Canarios, la parte del Planeta Azul que más hambrunas nos ha mitigado, con el que más nos hemos fundido, y en el que más hemos dejado nuestra sangre, cultura y acento, y en el que más nos hemos sentido como en casa, lo que agradecemos profunda y eternamente.
Los canarios tenemos que llamar a América “El Padre Patria”, a semejanza de que ellos  llaman a España “La Madre Patria”. El Padre y la Madre formamos una familia.
También ha sido llamado el Día de la Raza. Si ello ha querido significar la consideración de la unión de las distintas razas americanas y europeas, esa nominación también sirve.
En estos momentos me resulta paradójico que haya parte del pueblo que celebre y festeje este día, y, al mismo tiempo, haya quien quiera la independencia. Desmembrar los que costó siglos, generaciones, con el ingente esfuerzo que supuso  la Reconquista, para llegar a ser lo que somos: España y el territorio español.
Pero no es éste el tema de hoy. Lo que queremos es festejar la proeza, grandeza y esfuerzos que dedicaron generaciones para lo que es hoy: un Continente emergente y con un futuro esperanzador.
Le deseamos la plena felicidad a todos, en especial a aquellos que llevan nuestra sangre. Publicaremos un libro con los orígenes de algunas de esas personas.
Y a eso queremos unirnos, festejar lo que hemos hecho con orgullo, alegría, esfuerzos y amando apasionadamente a sus habitante en  la libertad.
Gracias mujeres y hombres, de ambos Continentes, por seguir hablando el mismo idioma. El gran vínculo de unión y el vehículo más eficaz de los medios de comunicación, que nos hace vibrar juntos, sentir cariño y participar en el engrandecimiento de nuestros pueblos.
La grandeza se mide por los hechos. Los canarios entregamos nuestro trabajo, nuestra sangre, nuestro acento y el cariño entrañable mantenido en el tiempo.
La vivencia de la fe y el engrandecimiento del alma, han sido inconmensurables en los dos lados del mar de la riqueza (como titulaba mi tío Bernardino Correa al Atlántico).
Que Padre Dios y su Santísima Madre bendiga a nuestros pueblos, engrandezca nuestras Naciones y que siempre nos sintamos unidos por los indisolubles lazos de la raza, la sangre y los esfuerzos.
¡Qué viva América! ¡Y qué viva España! En eterna unión, compresión y. sobre todo, con la mutua participación para el bien de ese Continente y esta patria.
¡Un gran día para ambos, y de una gran gesta!
El día de la Hispanidad. Que sea siempre el nuevo comienzo de la mutua participación en la búsqueda de la libertad y del bien de nuestros pueblos, por si alguna vez se falla.
Que así sea.

6 comentarios:

  1. Estimado don Luis:
    Dice usted "ese no es el tema de hoy". No estoy de acuerdo, puesto que sus artículos son siempre motivo de reflexión. Y reflexiono. ¿Cómo es posible que se haya llegado a la situación de desmembramiento actual? ¿Siempre estará el error en los independendistas?
    No sé, don Luis, pero aquí nadie ha salido corriendo, sino que me parece a mí que todos se han vuelto de espaldas.
    Un saludo.

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    1. Gracias por su participación. Su inquietud me alegra mucho y me da esperanza.
      He considerado el tema de la independencia tan importante que he aprovechado la ocasión para mencionarlo, porque habrá que desarrollarlo.
      Estamos viviendo unos momentos muy preocupantes: me parece que el número de pasotas ha aumentado.
      La indiferencia se está apoderando de muchas personas, y esto es muy grave.
      Quiero tener esperanza. Se necesita la participación masiva antes problemas que nos atañen a todos.
      Insisto: la participación es la solución. Como usted ha hecho.
      ¿Cómo llegar y hacer participar a las personas? Aún no lo se. Sigo escribiendo y exponiendo mis ideas con ese fin. Y continuaré mientras Padre Dios me lo permita y ustedes me apoyen.
      Un fuerte abrazo y reitero las gracias por su participación. Que Padre Dios lo bendiga.

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    2. Permítame recordarle, don Luis, que hay más allá le expresaba yo en otro comentario lo pesimista que era mirando la evolución de la sociedad actual. Yo llegaba a exponerle mi temor a otra confrontación armada entre españoles, idea que usted entonces rechazó.
      Por mis noticias, ya tenemos un germen de sindicato fascista en la Universidad; las alarmantes noticias de reacciones nada proclives al respeto que se van oyendo desde las Fuerzas Armadas...
      Usted perdone, pero yo insisto en mi mal fario.
      Saludos.

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    3. Mi señor don Sergio: Acabo de enterarme, de casualidad, de su aportación, y le ruego disculpas por no haberle contestado antes.
      Confío que sus malos augurios no sean jamás realidad.
      Nunca los extremos han sido buenos, menos con luchas fratricidas.
      La consecuencia de la anterior fue una dictadura.
      Después de Dios mi gran aspiración es la libertad, cimiento de la grandeza, del desarrollo de las virtudes de una sociedad, y el medio imprescindible para la plena feliciad.
      Reiterando las disculpas, reciba mi agradecimiento y un fortísimo abrazo.
      PS. Si vuelvo a cometer este error, le ruego me lo haga saber. Vale.

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  2. Ni de lejos comete usted un error, don Luis. Pues claro que queda disculpado, faltaría más.

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    1. Mi querido amigo don Sergio: sigue su bondad rebosándole, digna de su persona.
      Gracias por admitir mis disculpas.
      No se olvide que le necesitamos, por ello, y por todo muchísimas gracias y que Padre Dios lo bendiga y a todos los suyos.
      Un fuerte abrazo. Luis.

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