“PRESIENTO QUE ME QUEDA POCO TIEMPO”
Y, ese poco tiempo que me queda, quisiera aprovecharlo.
¿Qué puedo y qué debo hacer?
Como creyente, ponerme en las manos de Padre Dios y de su Santísima Madre, y trabajar a tope, intentando cooperar al bien común, para procurar la felicidad de todos.
¿Cómo y en qué va a consistir esta cooperación al bien? No lo sé, algo intuyo, pero necesito que me ayuden. Que me den ideas sobre cómo aprovechar el tiempo para querer apasionadamente, y con eficacia al ser humano.
He sido muy feliz queriendo, y he dejado de serlo cuando no he amado. Es mi gran experiencia, que quiero compartir antes de que sea tarde.
Me educaron para amar, en especial al prójimo como a mí mismo. Y he intentado ser consecuente, y cuando he fallado me he sentido muy mal. No quisiera volver a cometer los mismos errores. Pero no basta con mis deseos de no repetir esos errores, necesito que me ayuden.
Necesito sentirme acompañado y aconsejado; ello me impulsará, dándome fuerzas y esperanza; y sentiré que estoy contribuyendo a un mundo mejor. El que tenemos que construir urgentemente.
El orden actual no sirve, si sirve es sólo para los perversos.
Yo soy un ejemplo más de persona que necesita a los demás.
Confío que mi experiencia y el sentido de participación que ha estado unido a mi forma de ser contribuyan, directamente, al bienestar social.
Al bienestar de personas concretas, aunque han sido hechos con la mejor intención, pueden ser ineficaces, por ello, es posible que necesite consejos, asesoramiento. Puede que no haya acertado.
Me doy cuenta de que a partir de este momento puedo llegar a más gente, gracias a
los creadores y participantes de estas maravillosas Redes Sociales. Me están dando la oportunidad de manifestarme, de hacer eficaz ese deseo mío de querer ayudar, y poder decir lo que de bueno tengo que decir, y que me oigan.
Pero todo esto pretende no sólo buenas intenciones, sino hechos concretos, para el bien de personas con nombres y apellidos.
Estamos a tiempo, no lo podemos, no lo puedo desperdiciar. Me queda, teórica y prácticamente, poco tiempo y quisiera aprovecharlo al máximo: me hará sentirme feliz y realizado.
Me sentiré como un buen humano que quiere al prójimo como a sí mismo. Y, como consecuencia, vive su felicidad compartida, que entonces es la mayor y la más duradera.
Acabada esta narración, expuestas estas ilusiones, y esta necesidad, ruego a Padre Dios me ilumine,-como a todos ustedes –para convertir mis deseos y necesidades en hechos reales y concretos para el bien de muchas personas concretas, así perderé esta inquietante preocupación, y la paz volverá a llenar mi espíritu.
Les quiero y necesito que me quieran.
Compartamos,- mientras haya tiempo terrenal-, la dicha de querernos y de ayudarnos, dando el ejemplo que hoy tenemos que dar, y la felicidad nos inundará.
Ya sólo me resta pedir a Padre Dios nos bendiga y nos haga felices participando en la gran, imparable y necesaria realidad para gozar del bien y la felicidad para la que hemos sido creados.
Y en esta oración – que debe unirse con la de muchos, nunca es aislada por la Comunión de los Santos –vamos cargados con las inmensas necesidades del mundo entero, y me pregunto ¿Me queda, nos queda mucha deuda que saldar?
Corrijamos nuestros errores, ampliemos nuestra participación en la búsqueda del bien común y...
Así será cuando reciba su participación, antes yo seguiré cerca del limbo, y puede que me acompañe, alguno tan desafortunado o más que yo. Y lo que deseo y necesito es: amarnos y participar.
Querido Don Luis: En matemáticas,si lo recuerda,todo segmento acotado por dos puntos puede dividirse en infinitas porciones.Esta es la cuestión.Lo que nos queda a cada uno,que de ninguna manera va asociado a la edad,ya que mañana mismo,yo con 45 años puedo dejar este mundo,hemos de vivirlo creando infinitos momentos,que no serán más porque los vivamos con más velocidad o ansiedad.Por tanto,relájese,sienta cada momento vital como el previo de uno que va a venir.Sin más.Y verá como el tiempo se hace infinito y útil.
ResponderEliminarEl propio hecho de que Ud,esté aquí,en la red,participando,ya le hace compartir.Y no piense en un final.Siempre nos llega sin esperarlo.Sin más,y como parte constitutiva de la vida.Le quiero mucho.Viviana
He vibrado hasta lo más hondo de mi ser. Siempre recibo más de lo que doy, ello es la gran demostración de la enorme capacidad de su corazón y sus sentimientos, que le rebosan y ha conseguido ahogar cualquier sentimiento negativo que haya podido tener, elevando mi esperanza e ilusión. Que Padre Dios la siga bendiciendo, a sus hijos y amigos. De quien tanto le quiere y siempre le echa de menos. Luis.
EliminarEstoy muy de acuerdo con Viviana.
ResponderEliminarDéjese llevar, disfrute de cada momento, disfrute de la familia de los amigos,de la maravilla de la Naturaleza y de despertar día a día a saborear la nueva jornada que Dios le brinda.
Entiendo que con el paso de los años se pueda pensar más en que el tiempo se agota, pero a la vez ese pensamiento ha de servirnos de revulsivo para disfrutar el presente y todo lo anteriormente dicho.
La marcha...no tiene edad, usted ha tenido y tiene la dicha de seguir teniendo una vida plena con achaques, si puede ser,pero está aquí con la oportunidad de seguir compartiendo con todos sus vivencias, la sabiduría que dan lo años, y una vida más calmada que ofrecer a los demás.
Todos en algún momento podemos no obrar bien o sentirlo así...pero mientras tengamos un soplo de vida podemos entregar a los demás todo lo contrario a los fallos que podamos haber cometido.
¡¡¡Aproveche la vida...no la cuenta atrás,la vida!!!
Tiene muchísimo que compartir para abonar el crecimiento personal de muchos, entre los que me incluyo.
Un besote enorme ¡¡¡COMPI!!!
Mency Marrero Molina
Como un referente que es, y ha sido, me impulsa a seguir disfrutando la vida, porque la estoy compartiendo con usted, con doña Viviana y muchos más.
ResponderEliminarDespués del infarto y mi experiencia de la muerte, la espero con ilusión, pero tampoco la busco, quizá ahora algo menos, por estos maravillosos alientos.
La vida nos da y podemos dar tanto, que seguiré intentando estar en la brecha, a parte que lo necesito, como le necesito a usted compañera y a todos los que nos acompañan.
Gracias y que Padre Dios la bendiga y a los suyos, en donde también me encuentro.