“CREERSE IMPORTANTE”
Creerse importante es vanidad, y es una de las maneras fáciles que tiene el
maligno para dañarnos y engañarnos.¡Cuántos errores se comenten por creerse
importante! ¡Y cuánto nos degradamos cuando nos dejamos llevar de la vanidad,
por creernos un personaje!
Al creernos un personaje causamos un daño plural. Dañamos a los demás y a
nosotros mismos. En la medida de la posición social que tenemos, en esa misma
medida dañamos. A mayor representación y autoridad, y hasta poder, mayor el
daño.
A mayor representación personal, familiar, social, mayor humildad debemos
tener.
La humildad es la virtud de la excelencia.
El humilde conquista el mundo y a los humanos.
¿Por qué somos vanidosos? ¿Por qué nos
creemos importantes? Agradecería opiniones.
La mía es bien fácil: quien se cree
importante, deja de serlo. El vanidoso daña de forma notoria, pudiendo llegar a
ser un demonio viviente, porque el daño puede ser enorme y hasta irreversible.
La humildad se aprende desde niño y se
aumenta con la humildad y con los años. La ciencia de los años nos hace comprender
lo frágiles y limitados que somos, valorando la humildad y el querer ser
consecuentes.
Recemos por los orgullosos, vanidosos, y
pequeños sacrificios los no creyentes.
Recemos y sacrificios y comportémonos
humildemente, dando el ejemplo que es necesario, y la gracia llenará nuestros
corazones y la vida brillará, tanto por dentro como por fuera.
Somos seres maravillosos. Creados a imagen
y semejanza de Padre Dios, y atacados por el maligno (creyentes o no), quien se
aprovecha y abusa de los que se creen importantes.
Reitero la frase que entiendo colmaría las
necesidades mundiales: la honesta, necesaria y humilde participación es la
solución, en especial en la unión. Y los es para todo, incluso para los que se
creen importantes.
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