“¡TODOS TENEMOS LA POSIBILIDAD DE AYUDAR!”
Todos tenemos la
posibilidad de ayudar.
Todos debemos tener
iniciativa y fomentar en nuestro ambiente el impulso de ayudar.
“¡Ayudar es una de las
obras más importantes que podemos realizar!”
Hay miles de forma de
ayudar: ayudar materialmente, ayudar físicamente, ayudar económicamente, ayudar
espiritualmente, ayudar oyendo y escuchando, ayudar comprendiendo, ayudar a
exponer y aclarar, ayudar a caminar, ayudar a enseñar compartir, ayudar,
ayudar, ayudar …. por las oportunidades para ayudar no tienen límite.
Ayudar es la gran
bondad y la caridad que podemos repartir a usted, al vecino, al amigo, al
conocido… a toda la humanidad.
Todos tenemos
necesidad y la posibilidad de ayudar en algo y a alguien.
Todos tenemos alguna
posibilidad de ayudar, solo hay que buscarla con honestidad y lealtad, con amor
y con fe creyendo en uno mismo y en los demás.
Hay que estar
dispuesto a ser objeto de tomaduras de pelo. Siempre habrá alguien que quiera
abusar de la buena voluntad, pero esto ya lo sabemos y no nos podemos rasgar
las vestiduras por esa realidad.
El mal ataca y se
manifiesta en multitud de formas y maneras tratando de anularnos y convencernos
de que no tenemos que ayudar.
Hay que tener un
convencimiento pleno de que siempre tenemos algo con lo que ayudar a quien lo
necesita.
El consejo, el hecho,
el dicho, el abrazo, el escuchar, el mirar y atender, el caminar juntos, que
siempre sientan que son atendidos.
Todos tenemos la
posibilidad de ayudar, solo necesitamos la fe, la honestidad y la humildad de
cooperar, de ayudar.
“¡El alma se llena de
alegría y esperanza cuando con honestidad, ayudamos a los demás!”
“¡La santidad, la
honestidad y la alegría de vivir y de compartir exigen el que ayudemos al
necesitado!”
“¡¡¡El ayudar no solo
es una obra de caridad, es una obligación moral!!!”
¿Cómo convencer que
todos tenemos, siempre, alguna oportunidad de ayudar?
Jamás dar la vuelta y
no ayudar.
El no, no existe
cuando queremos ayudar.
Siempre hay alguna
oportunidad y ocasión de ayudar.
Despreciar la
oportunidad de ayudar es un pecado, que será más o menos grave según lo que
hayamos dejado de hacer.
“¡¡¡Siempre hay y
siempre habrá alguien a quien podemos ayudar!!!”
“¡¡¡Jamás depreciemos
o minusvaloremos y menos rechacemos la oportunidad que tengamos de poder
ayudar!!!”
“¡¡¡Siempre hay y
habrá una oportunidad para ayudar!!!”
Jamás despreciemos o
nos despreocupemos cuando podemos ayudar.
“¡Ayudar ensancha el
corazón, fortalece la fe y nos engrandece para llegar a ser felices y libres,
capaces de vivir y morir en santidad!”
La santidad es la meta
a alcanzar para no solo ayudar sino ayudarnos a caminar por el sendero
maravilloso de la hermandad y del amor a los demás.
Todos tenemos la
posibilidad de ayudar.
Jamás despreciemos o
desaprovechemos las ocasiones de ayudar, y viviremos con la merecida plena
felicidad, porque al ayudar repartimos la felicidad, que nos regresa a toda
velocidad.
“¡Ayudar es repartir
el cielo en la tierra con su ayuda, la mía y la de los demás!”
“¡¡¡JAMÁS DEJEMOS DE
AYUDAR!!!”
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