miércoles, 22 de abril de 2020




“¡DESAPROVECHAR ESTA OCASIÓN!” NO ME ATREVO A JUZGAR.        
Desaprovechar esta ocasión, no me atrevo a juzgar. Sí a insistir, a recalcar, tratando de encontrar la receptividad que tanto necesito encontrar.
¿Por qué mi súplica, mi ruego de REZAR A DIOS EN COMUNIDAD no consigo resolverlo? No lo sé. Por mucho que lo intento, no lo consigo.
Mi fe en el poder de la ORACIÓN. Mi creencia, amor y adoración al mismos DIOS que todos adoramos, y que nos escuchará, me impulsan a seguir insistiendo mientras viva.
Es tal la claridad que tengo en este tema, y la insistencia, moral, natural y existencial, que me mueve, y además es tan evidente, que si me parase me sentiría cobarde, sin amor a Dios y a mi prójimo.
Tenemos la definitiva solución y no la aplicamos: EL REZO EN COMÚN, DE TODOS LOS QUE CREEMOS Y ADORAMOS AL MISMO DIOS. De todas las religiones monoteístas.
Con esta idea tan clara ¿Cómo puedo parar?
Pero no solo soy yo. Hay muchas personas que rezamos por lo mismo.
Esto es imparable. Así lo espero.
El que lleguemos a REZAR TODOS JUNTOS Y POR EL MISMO RUEGO, no es mérito de nadie, sino de ese mismo Dios que todos amamos y adoramos.
¿Quién se puede apropiar del patronazgo de este necesario y vital acontecimiento? Rezar unidos es obra, sin lugar a dudas, del mismo Dios que adoramos. Quien piense lo contrario está sumamente equivocado.
Esta unidad en la oración se logrará cuando haya algún o algunos o muchos dirigentes que lo entiendan y lo pongan en marcha, secundando la voluntad de Dios que es padre de todos sus hijos.  Serán los grandes benefactores de la humanidad. Valen más los bienes espirituales que los materiales. La oración puede más que todas las calamidades de la tierra.
Rezar todos juntos -y ahora por la pandemia del coronavirus- no solo es la solución de esta aterradora pandemia, sino el comienzo de una HERMANDAD que ya nunca deberá desaparecer.
"¡Padre Dios ilumínanos, e indícanos el camino!" Lo demás lo haremos poco a poco, con el rezo de todos, bien unidos, y dándole gracias a ese Dios al que todos amamos y adoramos juntos.




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