“LLEGAR A MAYOR. LLEGAR A LA VEJEZ”
Llegar a la vejez significa haber vivido muchos años y haber hecho
muchos actos y cosas que han beneficiado o perjudicado. Salvo excepciones,
lógicamente.
Las malas excepciones las crean los deshonestos, egoístas y
masoquistas que solo piensan en sí mismos y no en los demás. Muchos aún no han
llegado a viejos, y siguen siendo majaderos.
Llegar a viejo es una suerte porque ha habido muchas oportunidades
de hacer el bien y evitar el mal.
El egoísmo y el mal majadero -son tendencias de la que se aprovecha
el mal- se suelen reproducir por causa de una mala o nula educación.
Educar, no me canso de repetirlo, somos los padres los obligados a
educar a nuestros hijos (la Escuela y Universidad informan). Salvo las
excepciones, como siempre.
Llegar a la vejez –que se ha prolongado y aumentado en años– se lo
debemos a Padre Dios y a la humanidad honesta y participativa en sus
investigaciones y logros y adelantos obtenidos.
La humanidad, honesta y participativa, tiene aparejada la
ineludible obligación de repartir, a manos llenas, la felicidad para
ayudar a los demás. La ayuda de los mayores, que tienen la experiencia, hay que
aprovecharla por ser la madre de la ciencia.
Desatender y despreocuparse de los mayores es un evidente signo de
mala educación, y como consecuencia, egoísmo, individualismo, insolidaridad y
maldad, que se revuelve y vuelve, como un bumerán, regresando a toda velocidad.
Recogemos lo que sembramos.
Atender, cuidar y querer a los mayores también se vuelve como un
bumerán a toda velocidad, pero ahora aumentando la felicidad. Con lo que se
beneficia usted, el atendido y cuidado, y toda la comunidad.
Esperar a la muerte sentados y aburridos es otra consecuencia de la
mala educación, que se vuelve contra nosotros a toda velocidad, y así
seguiremos aburridos y sentados esperando la muerte sin hacer nada.
Nacimos, crecimos y vivimos en comunidad, que es estar acompañado
con y por los demás.
Los demás somos todos, sin excepción. Se sea rico o pobre en
valores o económicamente. Todos nos necesitamos, se tenga dinero o no, solo se
necesita AMOR Y AMISTAD.
Una de las características de los poderes perversos es que creen
que nunca morirán, y piensan que todo se lo llevarán a la otra vida. Suponiendo
que crean en otra vida.
“¡En el ataúd solo cabe nuestro cuerpo y lo bueno o malo que
hicimos, que no ocupa lugar, pero sí espacio en la eternidad!”
“¡La vejez es la época gloriosa de la humanidad!”
Desaprovechar la vejez es crear el caos de los muchos vacíos.
Vacíos que nunca se llenarán.
Los vacíos son huecos que van haciendo mella convirtiendo la vida
en una amargura de estar recordando y ambicionando volver a vivir las oportunidades
que perdimos y que ya nunca volverán.
Llegar a mayor es haber vivido muchos años que nos servirán para
morir o con felicidad o amargura de acuerdo a lo que hicimos en cada ocasión.
“¡Llegar a viejo es una suerte si se ha sabido aprovechar el tiempo
irrecuperable de la vida, usando la vida en repartir bondad o maldad que recordaremos
por toda la eternidad!” Esto es muy claro, ya seamos creyentes o no lo seamos.
Llegar a viejo nos debe servir para recordar el bien que nos
hicieron, y el bien que hicimos y que compartimos con los demás. Y pedir
perdón por el mal que hicimos.
“¡¡¡Llegar a mayor, llegar a la vejez nos debe servir para recordar
la sabiduría que hemos repartido en la felicidad de los demás!!!”
“¡La felicidad y la libertad de los demás debe ser la meta del
mayor en edad, al llegar a la vejez, para que en los últimos tiempos de su vida
le sirvan para morir en paz y con felicidad!”
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