“¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”
"¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!" Esta fue la gran
frase que dijo el apóstol Santo Tomás cuando vio por primera vez a Jesús
resucitado.
Su incredulidad y el haber estado ausente en la
primera manifestación de Jesús resucitado a los otros apóstoles y mujeres, le
hacía dudar de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Dios encarnado.
Decía “si no lo veo y lo toco, no lo creo”.
Pero el amor entrañable que le tenía a Jesucristo le
hizo pronunciar esta frase SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO. Y como premio, ya después de
esa confesión, Jesús le dice que acerque su mano y le toque en las llagas de su
cuerpo glorioso y resucitado.
Frase que será eterna, y que, tantas y tantos,
repetimos diariamente.
"¡La fe es la iluminación del alma y del
cuerpo!"
“¡Sin fe no se puede ver y sentir el amor a Dios y a
los demás!”
“¡¡¡Por ese amor infinito de Padre Dios que nos hizo
sus hijos!!!”
“¡Esa Paternidad de Dios nos hace a todos los seres
humanos hermanos!”
“¡Todas y todos tenemos el mismo Padre, por lo que
todas y todos somos hermanos!”
"¡LA HERMANDAD DEL SER HUMANO ES
INCUESTIONABLE!"
No tratarnos como hermanos es una aberración creada
por el hombre para diferenciarnos.
Hay quién se cree superior, y con ello se rebaja a
la categoría de irracional.
"¡La irracionalidad es el apelativo de los que
se creen mejor que los demás!"
Hemos nacido como hermanos, y moriremos como
hermanos.
Quien diga lo contrario está ciego a la mayor
realidad.
"SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO" lo debemos repetir
constantemente, para amar y adorar a quien nos creó y nos dio la vida.
Quién no crea en esta verdad y realidad, vive en la
inopia en la tierra. Y ojalá lo pueda remediar en la eternidad por sus obras
buenas ante Dios.
¿Cómo reaccionará en el momento de la muerte al
encontrarse de frente con la bondad y misericordia infinita, belleza infinita y
verdad trascendental?
Esa bondad y misericordia infinita lo juzgará. A
todos nos juzgará. Seamos o no creyentes. A todos nos ha dado la vida para
merecer el juicio que nos abra el cielo.
"¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!" Dame el descanso
eterno en Tu contemplación, que eso es, para mí, el cielo prometido.
“¡LA FRATERNIDAD HUMANA ES, Y LO SERÁ, SE CREA O NO
SE CREA!”
"¡Bienaventurados sean los que creen, los que
incluso sin haber visto creen!"
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