“¡LOS INSOLIDARIOS DEL MOMENTO!”
“¡La insolidaridad es la actitud y el comportamiento
de los egoístas!”
“¡Amar a los demás es propio de los santos de
verdad!”
“¡El comportamiento personal depende de los valores
aprendidos y convertidos en realidad!”
“¡Los egoísmos personales son males para la
comunidad!”
“¡El yo solo debería usarse para conjugar los verbos,
y nada más!”
“¡El YO personal es un enemigo fatal!”
“¡Conjugue el nosotros, y vivirá, con ellas y con
ellos, hasta en la eternidad!”
“¡Los insolidarios son los enemigos de la sociedad!”
La insolidaridad arrasa con todo, comenzando por la
salud, y terminando con el propio insolidario.
“¡La insolidaridad es un enemigo fatal!”
Júzguese a sí mismo, y encontrará lo que tiene que
eliminar.
El juicio, sereno, junto, y de acuerdo con la
realidad, le llevará a gozar de la felicidad y de la libertad.
El juicio de sí mismo, con honestidad, humildad y
amor, tiene un valor incalculable, que le llevará a gozar de las mieles de la
vida, y le hará vivir la realidad con valor, honestidad e intensidad.
El valor de uno mismo lo debemos juzgar por el
comportamiento de cada día, y de acuerdo con la realidad.
“¡Soñar es para la poesía, y para el sueño de cada
día!”
“¡Soñar, cada día, con un mundo mejor, es tratar de
vivir mejor!”
Siempre existe la posibilidad de vivir mejor,
partiendo de la realidad, para no equivocarse del camino que debemos escoger,
para caminar seguros de alcanzar la felicidad y la libertad.
Los insolidarios están arrasando con la salud de
todos, y con las vidas de muchos.
“¡Hay quienes convierten su vida en una constante
solidaridad: ellas y ellos son los que nos atienden en la santidad!”
Gloria, honor y alabanza a los sabios, santos y
ejemplares que dedican su vida a ayudar a los demás.
“¡Quienes dedican su vida a curar a los demás tienen
un mérito, valor, y solidaridad dignos del mayor encomio, alabanza, gratitud y
del amor de los demás!”
“¡Hay quien su insolidaridad lo arrastra al abismo de
la solead, sin darse cuenta que la soledad es parte del mal!”
El mal nos acosa sin descansar.
Los insolidarios son los vectores del mal que nos
arrasan. Por culpa de esa insolidaridad, tarde o temprano, el mal les llegará.
Los insolidarios son los enemigos que tenemos que
combatir, para no sufrir el coronavirus, y la crisis económica, que son sus
aliados fatales.
Los insolidarios son los enemigos que tenemos que
combatir, alejar y aislar, para que no repartan su aliado fatal.
Las insolidarias, y los insolidarios, son el mal del
momento, que tenemos que aislar.
Para poder sobrevivir al coronavirus fatal, y a la gravísima
crisis económica, tenemos que aislar a los insolidarios, con un rechazo frontal
y total.
“¡¡¡Los insolidarios del momento son claros aliados,
y esclavos, del mal!!!”
Observando lo que estamos viviendo Luis... es una gran oportunidad para que se propicie la solidaridad por parte de quienes siempre la han cultivado... y será un gran ejemplo para los insolidarios...
ResponderEliminarSoñar... con un mundo en el que todos y cada uno de los seres que lo habitan sienten que han de velar los unos por los otros... como parte del crecimiento y la transformación...