“¡LA VIRTUD DE LA HUMILDAD!”
La humildad es la virtud de reconocer las propias limitaciones, aceptarlas, intentar superarlas, y en todo caso saber convivir con ellas.
Miguel de Cervantes Saavedra, en el Coloquio de los perros, dijo que la humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea.
"¡La humildad es la virtud a la que
debemos aspirar toda la humanidad!"
"¡Si yo tuviera humildad, sería un verdadero
santo!"
"¡Ofrecer nuestra humildad, poniéndonos
al servicio de los demás, es santidad en la realidad del mundo que vivimos!"
Ser humilde es mi deseo, mi ambición y mi
necesidad.
"¡Sin humildad todo es vanidad!"
"¡La humildad es la “lieson” capaz de
unir más allá de la hermandad!"
Tratar de ser humilde es ya, de por sí, una
virtud, que será recompensada.
Vivir sin humildad es arrogancia, que nos
puede arrastrar al mal sin necesidad, por devorar lo bueno que tenemos, dejando
al descubierto nuestra vanidad.
"¡La vanidad es el gran enemigo de la
humanidad porque deshace la humildad!"
Oír a un vanidoso es algo tan desagradable
como escuchar música disonante, inarmónica.
"¡Aspirar a la humildad es ya el comienzo
de la santidad!"
Ser humilde es una virtud capaz de unir lo
separado; de comprender las limitaciones que todos tenemos; y de transmitir la
realidad de la verdad con pocas palabras, con la mirada.
"¡La humildad nos unirá hasta la
eternidad!"
"¡Ser humilde es caminar por el
maravilloso sendero de la santidad!"
"¡La humildad, y el ser humilde, deben
ser nuestras metas, para vivir y compartir la felicidad, escapar del orgullo y
la soberbia, aumentar la libertad, transmitir la alegría!"
"¡La virtud de la humildad es una gran necesidad
en nuestra vida!"
Con humildad se expresan las cosas, los
hechos, y las vivencias de forma tan elocuente y veraz, que no hay quien deje
de entenderlas, por muy poca capacidad que se tenga.
"¡La virtud de la humildad es la virtud
que ha llevado a los altares a los santos! ¡No hay santo que no haya sido
humilde!"
"¡Con la humildad se sirve y se ayuda a
los demás!"
"¡Si yo tuviera humildad sería un santo
de verdad, y estaría al servicio de los demás!"
La virtud de la humildad debe ser la
aspiración de todos lo que hemos nacido, porque todos estamos llamados a vivir
y morir en santidad.
La virtud de la humildad es parte de la gloria
a la que todos debemos aspirar.
Sin humildad la vida se convierte en una
aspiración, a la que nunca se llega, que nunca se cumple.
Sin humildad la arrogancia, el creerse mejor
que los demás, nos domina, y nos arrastra a ser justamente repudiados, aún por el
amigo más cercano.
"¡Debemos buscar la virtud de la humildad
para encontrar la auténtica felicidad!"
Sin la virtud de la humildad nos vamos quedando
solos hasta llegar a la soledad total.
"¡Debemos desarrollar este hábito o
virtud de la humildad, para ser felices, ahora en la tierra y luego en el cielo!"
"¡La virtud de la humildad es la que
preside todas las demás por ser su sólido fundamento sobre el que se puede
construir!"
Que sea este tema el inicio de la Pascua de Resurrección.
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