“¡NO CORRESPONDER A LA VOLUNTAD DEL PUEBLO, A LA VOLUNTAD POPULAR!”
Los seres humanos tenemos la tendencia a hacer lo que creemos, aún con buena voluntad, sin contar con los demás. Esto sucede en todas las vivencias: en la familia, con los vecinos, con los amigos, en la comunidad… En el caso de los políticos tiene el agravante de que, si lo hacen, comenten un gran error que puede, incluso, dañar a muchas personas. Y no digamos quién cree que se las sabe todas.
Se necesita, urgentemente, de la gran virtud de la humildad, de la
honesta participación, de la fe en la humanidad y del cuidado del hábitat
natural, para tener un mundo mejor.
La educación familiar ayuda poderosamente a tener los comportamientos
necesarios y solidarios de forma casi instintiva, intuitiva y natural.
No basta con la buena voluntad para servir a la comunidad. Es
imprescindible la humildad, los valores morales, éticos o religiosos, y el amor
a los demás.
No corresponder a la voluntad del pueblo, a la voluntad popular, es un
gravísimo error que se comete cuando, al no tener buena educación, se actúa
según la fórmula del ordeno y mando; por ser esclavos de sus carencias y
creencias, hay quien en política actúa ajeno a la necesidad y exigencia de la
voluntad popular.
Hablar es fácil, y trato de vivir o haber vivido lo que digo. Creer,
respetar y cooperar a lo que es la necesidad de los demás debería ser un acto
reflejo.
Mi experiencia en los cargos públicos que desempeñado – que han sido
varios – me ha enseñado a pedir primero a los gobernados y administrados sus
necesidades, e informarles después del resultado de mis gestiones en el
organismo correspondiente.
Tengo que añadir que durante mis vivencias tuve la gran suerte de contar
con un pueblo mayoritariamente honesto, participativo y unido. Esto, sin lugar
a dudas, hacía la labor más fácil, y posibilitaba la seguridad el saber lo que
el pueblo necesitaba.
Ahora la cosa ha cambiado, desafortunadamente para mal.
Tampoco creo en los paternalismos. Hay quien quiere, supongo con la mejor
buena voluntad, tener a personas a quienes preguntar, asesores reconocidos.
Probablemente esas personas dirán su opinión, pero no tienen la opinión de la
mayoría.
Creo que habría que volver a empezar de abajo hacia arriba, y no de
arriba hacia abajo.
“¡No corresponder a la voluntad del pueblo, a la voluntad popular, es un
error que puede ser garrafal!”
“¡Hay que buscar, con humildad, honestidad, y amor la unión y, a partir
de ella, la información por la honesta participación de la mayoría!”
“¡Benditos los que consiguen ser honestos y participativos, y estar
unidos, porque si hay honestidad, participación social y unión, se conseguirán
la información veraz!”
¿Qué hacer? Rezar y trabajar, de abajo hacia arriba, por restablecer y
desarrollar, nuevamente, la unión y la honesta participación vecinal.
No corresponder a la voluntad de pueblo, a la voluntad popular es
dictadura dura y pura.
“¡¡¡¡¡¡¡La honesta participación en la unión sigue siendo la
solución!!!!!!!”
“¡¡¡¡¡¡¡El honesto, humilde y veraz servicio a los demás es, y será la
solución!!!!!!!”
Para ello hay que tener el amor a los demás.
Sin el amor a los demás no hay, ni habrá, solución.
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