“¡LA DEMOCRACIA Y LA LIBERTAD!”
La democracia es un régimen político en
el que la autoridad reside en el pueblo, quien la delega en los elegidos en
votaciones honestas y libres (sin listas cerradas), que serán los que
gobernarán.
"¡La libertad es la facultad de
poder elegir el bien o el mal y actuar en consecuencia! ¡Ojalá tuviéramos el
don de elegir siempre el bien!"
Los elegidos en las urnas reciben del
pueblo la autoridad para gobernar, sirviendo a los bienes y necesidades de la
comunidad.
Los elegidos son autoridad si son
auténticos y verdaderos servidores de los demás.
Los pueblos faltos de libertad, por
carencia o nulidad de valores, se comportan, incluso en una democracia formal,
como si fuera una dictadura.
Las dictaduras en democracia existen, y
se desarrollan, cuando los pueblos carecen de valores morales, éticos o
religiosos, y sus dirigentes actúan de la misma manera.
"¡Los valores del pueblo definen el
régimen político, y el comportamiento de sus autoridades!"
"¡Los pueblos cultos, y con valores,
tienen democracias reales y verdaderas, porque la libertad es una
realidad!"
La libertad exige el cumplimiento del
deber. Quien no cumple con su honesto comportamiento falta a la libertad.
La vida nos ofrece múltiples
oportunidades. Lo sabio y culto y bueno es saber aprovechar las oportunidades
honestas, para con uno y para los demás.
"¡Las democracias reales y
verdaderas se cimentan y se desarrollan en la verdad, en nada más que la
verdad!"
La mentira y la traición se unen cuando,
quien tiene el poder y la autoridad los usan en beneficio propio o de su
partido, ya sea para ganar dinero, o poder, o la ambición de decidir por los
demás, de subir a un podio, de ocupar un cargo, o de estar en el sillón de la
autoridad.
"¡La democracia y la libertad deben
ser las metas! ¡Y hay que conquistarlas!"
La conquista es una lucha que, cuando se
vive con honor y honestidad, se lucha hasta el final. Y siempre se llega al
mismo final: la gloria de la victoria.
Pero las nobles conquistas de la
humanidad están siendo maltratadas, vejadas, y hasta ocultadas, cuando el mal
se apodera de quienes tienen autoridad.
La democracia se convierte entonces en
dictadura, el pueblo se vuelve pasota, y acepta la subordinación como mal
menor. Craso error.
Mucha sangre se ha derramado por leales
y honestos ciudadanos que dieron sus vidas por la democracia y la libertad.
Muchos héroes ya olvidados, pero que han sido reales y verdaderos. Gloria a
ellas y a ellos.
¿Por qué digo todo esto? Porque hasta
que no haya un pueblo con valores morales, éticos o religiosos las democracias
se convertirán en dictaduras proclamando lo que no existe: la libertad.
Democracia y libertad son las metas que
consiguieron los héroes de la patria, pero parece que se están olvidando cuando
los medios de comunicación social ya no dicen la verdad.
"¡Servir a la Patria, y a los
conciudadanos, es democracia y libertad!"
"¡La democracia y la libertad es
una lucha constante del bien contra el mal!"
No aceptemos, nunca, la derrota en esta
lucha, porque el mal no ha vencido al bien ni puede hacerlo.
"¡La democracia y la libertad son
las metas a alcanzar y a conquistar!"
La libertad y la democracia real "¡Luchemos
y que Padre Dios nos la conceda!"
Y los no creyentes: "¡Luchemos por
nuestra conciencia, honestidad y lealtad!”
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