"¡EN EL OCASO, EN EL ATARDECER DE MI VIDA!”
En el atardecer de mi vida recuerdo hechos y
dichos que la han marcado.
La vida es única e irrepetible, lo sé, y hay
veces que parece que me he olvidado.
Debemos tratar de no olvidar que solo se vive
una vez (no creo en la reencarnación) y que lo que hagamos ahí queda marcado
eternamente.
¿Cómo pedir perdón? Pedirlo es fácil, lo
difícil e ideal es no hacer mal para no tener que pedir perdón.
Camino ya lento, pero seguro, y a una cierta
velocidad hacia mi final terrenal, y algunas son vivencias que me arrepiento
haber vivido por mi causa, y que ya solo me queda el arrepentimiento,
porque lo pasado pasado está, ya no volverá jamás.
¿Cómo hacerles ver lo importante que es
meditar antes de hacer, para no tener que arrepentirse de decir o hacer lo que
no debimos haber dicho o hecho?
La conciencia es el mayor indicador,
señalizador y catalizador del comportamiento de los hechos y de los dichos.
¿Cómo puedo ayudar para explicar que, por
favor, antes de decir en acalorados o apasionados momentos no hablar o actuar
sin antes pensar lo que vamos a decir o hacer?
Esta es una de mis grandes y vitales
experiencias que quiero y necesito transmitirles con el deseo de que piensen
antes de decir o hacer en momentos de ofuscación o pasión.
Amo apasionadamente a la humanidad, y por ese
amor he necesitado que mi vida sea para dar todo mi ser, estar y hacer por
ayudar, pero hay veces que he fallado. Es lo que quiero transmitir, para tratar
de corregirlo y no volverlo a hacer.
Fallemos lo menos que podamos, y cuando lo
hagamos pidamos perdón sin dejar que el tiempo pase y se pierda la oportunidad
de reconciliarse y pedir perdón.
En el atardecer de mi
vida, quisiera dejar un sencillo pero importante legado: amarnos
apasionadamente, pedir perdón con prontitud y perdonarnos, y que la felicidad
en la libertad sea lo normal porque la compartimos con prodigalidad.
La vida es muy corta para desperdiciarla en
necedades.
Aprovechemos la vida para amarnos
apasionadamente y ayudarnos para que la felicidad en la libertad sea para todos
y cada uno de nosotros lo normal.
Les quiero, y en el atardecer de mi vida
quisiera decirles que ustedes son formidables y que me han permitido que mi
vida la haya tratado de llenar en ayudar, y que he recibido más de lo que he
dado.
Gracias y, como creyente, que Padre Dios les
bendiga, y les pido me permitan bendecirles.
La vida es única e irrepetible, y lo que
hagamos lo hagamos de manera que no tengamos que arrepentirnos sino sentirnos
alegres y gozosos de lo que hemos hecho, de lo que hemos dado y de lo que
hemos compartido por lo que hicimos.
En el ocaso, en el atardecer de la vida,
quisiera expresar lo feliz que soy y que he sido dando, participando y tratando
con honestidad de ayudar y que he recibido más de lo que he dado.
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