“¡LA INJUSTICIA PERSONAL Y
SOCIAL,
Y LA CARIDAD!”.
El corazón
humano es capaz de crear la injusticia personal, social y hasta mundial, y
desarrollarla, pudiendo hacer un gran daño.
No sé el
número de siglos que llevamos viviendo juntos, y cada vez nos hemos ido
separando más, cuando nunca antes hemos tenido tantos medios de comunicación
inmediata y efectiva y en libertad.
“¡La globalización
ha llegado, todos sabemos cómo ha sido, pero no la usamos para unirnos!”
Hay odio,
rencor, muertes con guerras y por fanatismo, por acciones dictatoriales,
terrorismo, crímenes pasionales… Tanta destrucción va camino de la
autodestrucción universal. Tanto fanatismo acumulado y desarrollado con enorme
agresividad tratando de ofender, por ojos que no quieren ver y corazones que no
quieren amar.
La falta
de justicia entre los seres humanos es gravísima, una de ellas es la
acumulación de riqueza en pocas manos. Los bienes de la cultura encerrados en
cenáculos. El poder económico que tiene su fin en el dinero y el poder, y todos
usan el poder para someter, subyugar y obligar a ser esclavos.
Hay hambre
de pan y por ella mueren niños inocentes. Hay hambre de justicia y por ella
mueren personas que debían haber vivido.
El hambre
de sabiduría se está reduciendo a la manipulación y a saber usar la técnica.
Ejemplos son el móvil y el ordenador, convirtiendo al ser humano en un
auténtico esclavo diurno y nocturno, todo el día.
“¡La
honesta participación personal, y no virtual, va siendo cada vez menor. Y va en
aumento la solamente virtual!”.
El justo,
que va dejando amor, alegría y honestidad, y no transige con la injusticia, se
ha convertido en rara avis.
Siempre
hay injusticias que podemos remediar, como juicios precipitados a personas;
abandonos innecesarios de familiares en centros de mayores; compañeros a
quienes se la hacen para tratar de ascender; y así lo que todos sabemos de
sobra, desafortunadamente.
Hay que
restablecer el amor, la honestidad, y la verdad en la justicia y convertir el
comportamiento en honesto, fiel y leal.
“¡Entre
más justos seamos más comprometidos estaremos con la verdadera justicia y el
bien de los demás, y nuestro bien será en gran cantidad!”
¿Qué
hacemos como justos o como injustos?
Hay que
fomentar y desarrollar el amor al vecino, sea cercano o lejano.
La ayuda
debe ser lo normal, para sentirnos seres humanos normales.
Tenemos
que luchar por hacer la sociedad más justa, honesta, participativa, feliz
y libre.
¿Qué
espíritu de justicia tenemos para enriquecer la humildad y la caridad, como el
amor a los demás?
Tenemos
que tratar de ser vecinos, amigos y familiares de todo el que está necesitado
de justicia, teniendo un amor desbordado hacia los demás.
Es
absolutamente necesario cumplir con las exigencias de la justicia para que
tengamos la caridad y bondad que necesitamos para un mundo mejor por ayudar a
los demás.
Hasta que
no demos la ayuda debida en justicia, la caridad será un mero escaparate, y nos
estaremos engañando totalmente. La caridad exige la justicia primero, a cada
uno lo suyo, y luego con amor va más allá de lo debido en justicia.
Los
creyentes creemos que para hacer la verdadera y necesaria justicia a un vecino,
amigo, familiar… nos ayuda saber y reconocer que Padre Dios está en ella o en
él, en toda la humanidad.
Y para los
no creyentes supongo que tienen que reconocer que somos seres humanos
únicos e irrepetibles y de valor inconmensurable.
“¡Para
que haya verdadera justicia, y desparezca la injusticia, la justicia tiene que
estar informada por la caridad, de lo contrario quedaría reducida a un mero
acto protocolario!”
Y para que
no haya la injusticia personal y social tenemos que vivir la honesta
participación, amar, repartir felicidad y libertad, y todo con caridad.
“¡La
caridad redime lo mal hecho y remedia lo que se hace a medias!”
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