“¡SOY JUBILADO!”
Soy jubilado desde hace 22 años.
¡Nada menos! Pero sigo en activo: trabajo más horas que cuando trabajaba.
Por educación, creencias, lealtad
y honestidad, creo que los jubilados tenemos la ineludible obligación de
trabajar por el bien de los demás. Y cuanto más, mejor.
Me produce una enorme preocupación
ver a jubilados que desperdician su tiempo, que ahora vale más que antes,
porque ahora tenemos la experiencia, que es la madre de la ciencia.
Los jubilados tenemos una gran
cantidad de tiempo libre que perderlo sin hacer nada. Y no hacer nada por los
demás lo considero un pecado grave, gravísimo, de enorme egoísmo, pasotismo, y
todas las palabras terminadas en ismo.
“¡Con el
agravante de que la felicidad no existe si no se comparte con los demás!”
¿Qué piensan esos jubilados
mirando al cielo? No lo sé.
La vida tiene un valor
incalculable, por lo que perderla - el tiempo nunca vuelve jamás – es una
pérdida incalculable e irreparable.
No se necesitan horas. Solo se
necesita tener la buena voluntad de ayudar.
“¡¡¡¡¡¡¡Todos,
sin excepción, nos necesitamos los unos a los otros!!!!!!!”
“¡La vida
tiene sentido, cuando con sentido le damos valor!”
Siempre digo y repito que el día que
me muera mi mente dirá: “menos mal que se ha muerto, me ha traído en jaque
desde que nació, y sigue sin parar!”
Soy jubilado y si hubiese días de
26 horas me ayudarían un poco más.
Hago este llamamiento a todos los
jubilados que no pierdan su tiempo, que siempre se puede ayudar, y ello nos
hace sentirnos vivos y útiles a la sociedad, mejores y merecedores, con honor,
de la jubilación.
La jubilación no es un derecho a
no hacer nada, es el derecho a usar nuestro tiempo de acuerdo a nuestras
creencias, valores, ilusiones y, en especial de acuerdo a nuestra honesta
participación y responsabilidad.
Ser jubilado es haber llegado a la
edad de disfrutar la vida usando nuestra experiencia para ayudarnos y ayudar a
los demás. Nunca para no hacer nada.
“¡¡¡No hay
mayor satisfacción que ayudar a los demás!!!”
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