“¡APROVECHE EL TIEMPO!” “¡NO PIERDA EL TIEMPO!”

 

“¡APROVECHE EL TIEMPO!” “¡NO PIERDA EL TIEMPO!” 

"¡Aprovechar el tiempo es sacarle rendimiento al tiempo!"

Perder el tiempo, no aprovechar el tiempo, es un daño que nos hacemos a nosotros mismos. Pero puede llegar ser un pecado de lesa humanidad.

El tiempo es el espacio de vida que nunca regresará. Se nos dio. Nos fue dado, regalado. Pero lo dejamos pasar.

Cada segundo de vida no regresa jamás.

Aprovechar el tiempo es de sabios y de santos.

¿Cómo se puede aprovechar el tiempo? Rezando y actuando.

Perder el tiempo, por dejarlo en vacío, es haber perdido la ocasión de crecer en valores, aumentar la riqueza personal, y, en especial, ir llenado los vacíos que vamos dejando.

Cuando esté sin hacer nada, no lo dude: rece, y trate de actuar.

Para quien tenga dudas, rezar es hablar, sobre la marcha, con Padre Dios. Dios nos ha creado así. Nos mantiene en la vida. Y nos oye.

A quien no es creyente, le ruego haga lo mismo: pensar en cómo hacer el bien a los demás, que son nuestros hermanos. Esto, para los creyentes, es rezar y hacer, ante la mirada de Dios que todo lo ve, pero con la diferencia de que según rezamos y hacemos estamos comunicándonos con Padre Dios.

Aprovechar el tiempo es llenarlo de valor y contenido.

Perder el tiempo es dejar pasar la oportunidad de crecer en valores, y de haber hecho algo para usted o para los demás.

Los esclavos del momento son aquellas o aquellos para los que el móvil es su pasión, que nunca aportan nada, que son esponjas que al escurrirlas no hay nada personal, todo es lo que dicen los demás.

Ser esponja es una de las maneras más tristes y horrorosas de perder el tiempo, que no regresa jamás.

Aproveche el tiempo para crecer en valores, para saberse y sentirse realizado, y para poder dormir como un lirón.

Aproveche el tiempo. No pierda el tiempo y vivirá llenando de valor y contenido su vida.

Perder el tiempo es algo tan horroroso, que no tiene, o no tengo, palabras con qué describirlo.

Aproveche el tiempo. No pierda el tiempo, y vivirá en el camino sapiencial del ser humano, de la sabiduría, del progreso, del enriquecimiento personal. Caminará certero y seguro creciendo en valores que le llevarán a la felicidad. Y podrá ser libre de verdad.