“LA AGRESIVIDAD”

 

“LA AGRESIVIDAD”

         La agresividad, como la violencia (sean de palabras o hechos), se ha convertido en moneda de uso corriente en el tráfico, la violencia de género, en las aglomeraciones de jóvenes, en las discusiones de los parlamentarios (y no digamos los que tienen autoridad) etc. Se mastica el mal humor y la violencia, y esto me parece no sólo desagradable sino muy peligroso.

         “¡Si a los problemas de salud y económicos les añadimos otros de convivencia, aviados estamos!”

         Creo que es un tema que hay que estudiar y debatir. Intento, con mi mejor buena voluntad, aportar la parte que me corresponde de esta obligación como ciudadano.

         “¿Qué influencia tiene la mala educación en la agresividad, y en sus consecuencias de actos llenos de soberbia?”

         "¡Ay de aquel que enseña con palabras y hechos la agresividad!" Reparte el mal, y seguro se volverá contra él y le salpicará. Pero antes le hará sufrir y le hará daño.

         "¡Desgraciado aquel que ha recibido la enseñanza de la agresividad!"

         "¡Siembra vientos y recogerás tempestades!". Lo malo es que esto afecta a los demás.

         “¿El complejo de inferioridad puede contribuir a esta proliferación de agresividad?”

         El empleador y el empleado agresivos restan a la paz social, incluso al beneficio económico, haciéndolos irreconciliables.

         Es una lacra que se extiende como una mancha de aceite. En el tráfico, en el trabajo, en los organismos públicos y privados, en la política etc. etc.

         No conozco otro antídoto que la buena educación. Reprimirse por la educación, puede llegar a ser heroico. Dichoso quien la practica en su vida personal y en el entorno en donde vive.    

         La agresividad  es uno de los comportamientos que tenemos que hacer todo lo posible por erradicar, porque hace que el mal venza al bien, que todos terminemos perdiendo, unos los nervios, otros dinero, otros la salud, otros la paz, etc. son interminables las consecuencias negativas, sin bien alguno.

         Todos comenzamos y terminamos perdiendo. Pero hay quién no lo entiende, y no digamos en política.

         La educación y las vivencias y convicciones de los padres educados son el gran antídoto a este mal.

         Si soy agresivo, enseño y reparto agresividad constantemente, si no me la controlo.

         Agresivo yo, agresivos mis  hijos y lo serán mis nietos.

         Encima puedo llegar a quedarme cambado por un ictus o un infarto.

         ¡Qué poder tan grande tiene el ambiente! ¡Y los medios de comunicación y los que tienen autoridad! Todos hablamos de Telebasura y muchos la ven, si no no la habría.

         Vencer el mal del ambiente es difícil, pero conseguible. “¡Como siempre, la honesta participación social es la solución!”

         Hay quien se considera que se rebaja por ser educado. Hay quien le da vergüenza saludar y ser amable, lo consideran denigrante. ¡Qué tristeza Dios mío!

         “¡Hay quien considera perder derechos por ser educado!”

         Algunos aminoramos nuestros nerviosismos con la oración y el sacrificio.

         ¿Qué confusión existe entre el ejercicio de la sagrada libertad y el libertinaje? ¡Qué difícil es para algunas personas exigir sus derechos sin ser agresivo!

         “¡¡¡La autoridad, los valores y la humildad fundamentados en la educación y en el amor, son la solución!!!”

         Lo fío y lo confío en la educación recibida y aceptada, con el maravilloso añadido de la humildad.

         Siendo educados educaremos y el ambiente será lo que hayamos impuesto con nuestro comportamiento.

“¡¡¡La honesta participación en todo es la solución!!!”