sábado, 7 de agosto de 2021

“¡LA AUTORIDAD!”

 

“¡LA AUTORIDAD!”

“¡La autoridad tiene la obligación de actuar con lealtad, honestidad, y diligencia en la actividad que le ha sido encomendada!”

Todos tenemos autoridad. Lo importante es tener y repartir la autoridad con honestidad, lealtad y con amor desinteresado.

La autoridad es una necesidad - como todo en la vida - para que haya un orden que gobierne, rija e imponga un orden y concierto en la vida propia y en la de los demás. Que ordene y dirija a la sociedad.

“¡Tener autoridad debe de ser una consecuencia de la honestidad y del amor por el bien propio y el de los demás!”

Debemos de tratar no confundir la autoridad con el autoritarismo.

La autoridad la tenemos todos, y tenemos la obligación de practicarla con honestidad, lealtad y fidelidad con el sumando del amor para que repartamos lo que debemos con autoridad y honestidad.

Vivir y compartir la falta de autoridad es el libertinaje, que solo arrastra al mal sin necesidad.

Los extremos siempre son malos: la falta de autoridad, como el exceso de autoridad.

El libertinaje como el autoritarismo, nos conducen al mismo lugar: la opresión del mal sin necesidad, creando esclavos sin necesidad.

“¡La libertad tiene un fuerte y necesario fundamento en la honesta autoridad!”

“¡No hay libertad ni felicidad sin la necesaria y honesta autoridad!”

Los padres somos los grandes portadores y ejecutores de la autoridad familiar, en especial sobre nuestros hijos. Yo no soy amigo de mis hijos, yo soy su padre a quienes quiero con toda el alma y con todo el corazón, pero soy su padre, no su amigo.

Los hijos tienen la ineludible obligación de obedecer a la honesta autoridad de los padres.

“¡¡¡La vida personal, familiar, social y hasta mundial tiene un condicionante para poder vivir feliz y libres, es que haya la honesta autoridad en todos los órdenes de la vida!!!”

La honesta autoridad es el cimiento efectivo y de gran valor en la vida, que sin ella no se puede vivir de forma normal y natural, y menos con libertad.

“¡¡¡Dichosos y alabados sean los honestos y leales que viven y practican al honestas autoridad, de ellos nace y crece la felicidad y la libertad!!!”

La honesta autoridad es una necesidad irremplazable para la vida normal y natural.

“¡¡¡Dichoso quien vive y practica la honesta autoridad, de ella, de él surgen la felicidad y la libertad, porque vive y reparte el amor con prodigalidad!!!”


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