viernes, 20 de marzo de 2020

“¡A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS!” TENEMOS LA OPORTUNIDAD. EL CORONAVIRUS.



“¡A GRANDES MALES, GRANDES REMEDIOS!” TENEMOS LA OPORTUNIDAD. EL CORONAVIRUS. 


“¡A grandes males, grandes remedios!” “¡No hay mayor remedio que la oración!” “¡No hay otra solución!”
Ahora es el momento para insistir con la oración. Pedirle a Padre Dios que nos ayude, dándonos lo que más nos conviene.
“¡De nosotros depende la solución!”
El mal es el gran enemigo, que se aprovecha de las debilidades humanas y de las circunstancias, para conquistar e imponer su esclavitud.
“¡La fe sigue conquistando no solo montañas, sino cordilleras!”
“¡Sin fe no hay esperanza, y menos amor!”
“¡A grandes males, grandes remedios!” Ahora tenemos que unirnos y protegernos los unos a los otros. Y la solución es la oración comunitaria, universal y la hermandad. El rezo y la comunión universal.
“¡La solidaridad, con el amor a los demás, crea y desarrolla la hermandad!”
La triste experiencia universal del coronavirus nos debe servir para comprobar que los pasotismos, los individualismos, los egoísmos personales son los grandes cooperadores de la propagación de las pandemias, que las hay y habrá mientras permitamos que el mal pueda hacer y desarrollar su voluntad.
“¡Contra el mal no hay otra solución que rezar!”
Para rezar tenemos que tener fe y confianza en ese Padre Dios -toda misericordia, y la bondad infinita- que nos ha dado el gran recurso de hablarle y pedirle, con la oración, lo que necesitamos, y siempre seremos oídos.
“¡Pidan y recibirán!”
¿Por qué aún no se ha producido esa unión fraternal de todas las religiones monoteístas, de la que vengo hablando desde hace meses?
Tenemos la gran oportunidad para que millones de fieles recemos, al mismo tiempo, por la solución de este gravísimo problema de la pandemia del coronavirus.
“¡La historia nos juzgará -como siempre- por lo que hacemos y por lo que haremos!”
“¡Hacemos y haremos lo que decidamos!”
“¡De nosotros depende la solución de esta pandemia!”
Esta triste y real tragedia universal debería ser la razón y ocasión para comenzar a rezar -todos los fieles del Planeta Tierra que creemos en Dios- pidiéndole a Dios -al que todos amamos y adoramos- que escuche nuestra súplica, y acabe con la pandemia que nos está azotando, y que ha costado la vida de miles de personas. Y no sé cuantas más morirán.
Si somos conscientes del poder que tenemos con la oración, y no lo aplicamos, somos corresponsables de lo que le suceda a miles o millones de personas. Quizá personas de nuestra propia familia, amigos, vecinos. Que todos somos seres creados por el mismo Dios.
Estamos viviendo la gran oportunidad de curar la enfermedad y de unirnos, todos los fieles que creemos en Dios, para sanar a la humanidad –no solo de esta pandemia-, ya que esta unión y hermandad debería ser para toda la eternidad.
Padre Dios, ¿cómo puedo llegar a los responsables de las religiones monoteístas, y a sus fieles, para hacerles este ruego, necesario y vital, de unirnos, para rezar juntos?
Padre Dios, ¿cómo puedo ayudar? ¿cómo puedo llegar?
“¡Con el ruego y el rezo de millones de fieles, la solución será una realidad

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