jueves, 26 de marzo de 2020

“LA SOLIDARIDAD POLÍTICA SE ADELANTA A LA SOLIDARIDAD RELIGIOSA”




“LA SOLIDARIDAD POLÍTICA SE ADELANTA A LA SOLIDARIDAD RELIGIOSA” 


A Su Santidad el Papa Francisco: Santidad, mi más efusiva felicitación por esta iniciativa, tan encomiable como necesaria:

 “Invito a todos los jefes de las Iglesias y a los líderes de todas las comunidades cristianas, con todos los cristianos de las diversas denominaciones, a invocar al Dios Altísimo y Todopoderoso, mientras recitamos al mismo tiempo la oración que Jesús Nuestro Señor nos ha enseñado”

Le adjunto un artículo, con el ruego, a Su Sanidad, que extienda su invitación a los líderes y a los creyentes de todas las religiones monoteístas:

“LA SOLIDARIDAD POLÍTICA SE ADELANTA A LA SOLIDARIDAD RELIGIOSA” 

La solidaridad de los políticos gobernantes se adelanta a la solidaridad de los dirigentes religiosos.
Los creyentes en Dios tenemos un arma con la que podemos vencer al coronavirus: la oración.
Rezar es hablar con Dios: tener con El una comunicación instantánea y personal.
Dios sabe lo que necesitamos, pero nos ha dado la libertad. No es un gesto fingido: ese Dios, al que adoramos, respeta nuestra libertad.
La libertad que le regaló al ser humano ata sus manos. Dios no deshace el nudo.
La libertad es un don personal que nos permite elegir el bien o el mal. Nunca, por ningún motivo, Dios nos priva de la posibilidad de elegir. No se le pasa por la cabeza utilizar su omnipotencia para coaccionarnos.
Algunos de nuestros congéneres piensan que la autonomía del ser humano incluye el derecho de poder exigir a Dios todo, por ejemplo, que se manifieste como lo que ellos consideran debería hacer un ser al que llamar Dios. Cometen un gravísimo error. 
A Dios no se le puede, no se le debe obligar absolutamente a nada. No se le puede exigir nada, porque su relación está gobernada por el amor. Quien se atreviera a hacerlo, faltaría a los principios básicos sobre los que descansa toda relación amorosa: el respeto, la gratuidad y la entrega mutuos.
Dios es Amor.
Dios reparte sus bendiciones, pero jamás las impone.
Nos da la posibilidad de establecer una relación personal, de rezar y pedirle por nuestras necesidades.
Esto lo saben los creyentes de todas las religiones monoteístas.
¿Qué están haciendo, en este trágico momento de la humanidad, las religiones monoteístas?
No lo sé. Desde hace meses intento hacer llegar a sus dirigentes una sugerencia: que se reúnan y establezcan una comisión permanente encargada de recibir las peticiones de oración de todos los hombres y de todas las mujeres del mundo, y de los dirigentes; que esa comisión elija una intención por la que rezar y establezca un tiempo durante el que canalizar las oraciones de todos los creyentes en esa dirección. Es decir: crear un instrumento ágil para unir la oración de todos los que creyentes.
Rezar pidiéndole a Dios la solución de los problemas que tenemos. Hacerlo no en soledad y a nuestro aire, sino junto a los millones de personas que rezan, dirigiendo todas las peticiones hacia una intención concreta. Seguro que conmovemos el corazón de Dios. El momento presente reclama esta comunión de intenciones con mayor urgencia: Dios mío, ayúdanos a sobrellevar la pandemia del coronavirus; líbranos de este mal, si es tu Voluntad;  ilumínanos para que todos colaboremos, dejando a un lado nuestras diferencias, en la recuperación de la economía.
Conocedores de esta posibilidad, ¿por qué no rezamos ya, ahora, todos juntos, al unísono, por la solución de la pandemia del coronavirus y por la recuperación economía? No lo sé. No lo entiendo.
Mis limitadas posibilidades no me permiten llegar en persona a los dirigentes de todas religiones monoteístas.
No tengo otro medio que este blog. ¿Qué otra cosa puedo hacer?
“¡Dios nuestro y Señor nuestro! ¿qué puedo hacer?”
Porque conozco la solución, pero no puedo ponerla en práctica.
Por favor, ¿alguien me puede decir qué puedo hacer?
Le quedaré eternamente agradecido, porque su generosidad ayudará a millones de personas.
Saber cuál es la solución y no poder llevarla a la práctica … es algo que no entiendo. Es frustrante. Por eso le pido a Dios que me ilumine y me haga ver qué es lo que debo hacer.
“LA SOLIDARIDAD POLÍTICA SE ADELANTA A LA SOLIDARIDAD RELIGIOSA” 

Luis C. García-Correa y Gómez
Blog Mi Opinión: lugarcorrea.blogspot.com.es




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