sábado, 9 de enero de 2021

“¡LIMITAR LA LIBERTAD!”

 



“¡LIMITAR LA LIBERTAD!” 

“¡Todo lo que coarte, limite o disminuya la libertad es una dictadura!”

“¡No existe nada ni nadie que tenga la autoridad, legal y honesta, que pueda reducir la libertad!”

Todo ser humano viviente es libre, porque se trata de un don concedido por Dios. Sea creyente o no.

Los seres humanos no tenemos la potestad de quitar o reducir, en la medida que sea, la libertad.

“¡No hay gobierno ni autoridad que tenga el poder de reducir o quitar la libertad!”

Nadie, en nombre de quién sea, puede decir, y menos llevar a la práctica, acciones que supongan restricciones a la libertad.

“¡¡¡La libertad es un bien inalienable!!!”

Hay quien dice que la vacuna contra el coronavirus va a ser una obligación para todo ser humano viviente.

¿Quién tiene la autoridad para decirle a otra persona que tiene que vacunarse? Tendrá poder, pero no tiene autoridad. Salvo que esto sea un negocio.

“¡¡¡La vida, y la libertad, son patrimonio de quien la vive, no de ningún otro ser humano!!!”

“¡Nadie puede imponer una obligación que coarte la libertad!”

Quién imponga la obligación de vacunarse, si puede hacerlo, es un dictador, y, por lo mismo, un enemigo de la sociedad.

Nadie tiene autoridad (podrá tener poder, pero no autoridad) para imponer su voluntad, en contra de la libertad.

“¡La libertad es un don, para el que no existe nada ni nadie, que la pueda reducir o quitar!”

Espero que, lo que he escuchado acerca de la obligación de vacunarse en contra de la propia voluntad de cada cual, sean solo habladurías.

Con el aborto (la muerte criminal del no nacido, sin darle ocasión de vivir, y sin su autorización) se mata legalmente. Lo mismo ocurre con la eutanasia. El interés crematístico es lo que lleva al aborto y a la eutanasia.

La eutanasia y el aborto ¿son realmente legales?

¿Se puede legalizar la muerte y la obligación de vacunarse contra la voluntad?

¿Quién tiene autoridad para decir quién tiene que morir o vivir, y cómo?

¿A dónde hemos llegado?

Hemos conseguido la globalización –el gran logro de la humanidad- y ¿de qué nos ha servido? ¿Para enterarnos del número de abortos y eutanasias por país? ¿O para enterarnos de los que quitan la libertad?

¿Es verdad esa imposición, con disminución de la libertad, y siguen con esa idea –que espero sea un bulo- de obligar a tener que vacunarse?

Si es verdad: Dios no coja confesados.

Voy a tener que llegar a creer que estoy viviendo una atroz dictadura. Quienes coartan la libertad, supongo, dirán que lo hacen por el bien de los desgraciados, tanto de los niños abortados como de los adultos eutanasiados, alegando que es para el bien de las personas. Y obligarán a quién no quiere vacunarse, a que se vacune, de lo contrario le restarán su libertad, colgándoles el título de apestado.

Las y los que no quieran vacunarse tendrán que vivir como apestados. Menuda libertad.

Ojos veredes…

Dios nos coja confesados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.

Por favor, si desea contactar conmigo de forma privada:

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *