“SEÑOR, DAME FE, HUMILDAD, SAPIENCIA, AMOR Y SANTIDAD”
¡Señor, dame fe, humildad, sapiencia y santidad! Así caminaré
por la avenida de la felicidad y de la libertad, aprendiendo a participar
honestamente, y haciéndolo sin pedir nada a cambio.
La ausencia de fe, de humildad, de sapiencia, de amor y de
santidad, es la ruta que conduce a la maldad.
Somos buenos por naturaleza, pero la mala educación, las
tentaciones y las debilidades nos la van jugando. Tratan de ganarnos la
partida. Pero tenemos el gran recurso de la fe, de la humildad, de la sapiencia,
del amor y de la santidad.
“¡Pidamos a la Vida, que las virtudes sean las notas del
concierto maravilloso de nuestra vida!”
Interpretar las notas de la fe, de la humildad, de la sapiencia,
del amor y de la santidad, produce la más armoniosa, delicada y vibrante
composición que, bajo la dirección del Señor de la Vida, sonará armoniosamente
y será oída más allá de lo que creemos y podemos.
¡Señor dame fe, dame humildad, dame sapiencia, dame amor y dame
santidad y habré alcanzado la madurez para la felicidad y la libertad, que haré
extensible a los demás!
“¡¡¡No hay fe, ni humildad, ni sapiencia, ni amor, ni santidad,
sin la honesta participación en cada momento!!!”
Para ser levadura que fermente la masa popular creando el pan
actual y eterno de la fe, de la humildad, de la sapiencia, de amor y de la
santidad.
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