“¡EL RELATIVISMO!”
El Relativismo es la doctrina según la cual el conocimiento
humano no puede llegar nunca a la verdad de las cosas, a un conocimiento firme
y verdadero. También, que la realidad sólo consiste en la relación con los
fenómenos, con sus apariencias.
Extendiéndome en las explicaciones: Relativismo viene de
relativo. Relativo tiene la acepción de "que no es absoluto". También
que hace relación a una persona o cosa.
Mi creencia es absoluta. Padre Dios es el ser absoluto,
trascendente al universo, lo absolutamente infinito en el ser.
Hay la creencia en el "relativismo moral" y en el
"relativismo convencional".
El relativismo moral es el tradicional de no creer en verdades
absolutas. Cada persona inventa su verdad. Todo es relativo, se dice.
El relativismo convencional es en el que se cree y tiene una
relación directa con lo que le conviene.
Creo que existe el bien y el mal. Que podemos, por nuestra
sagrada libertad, hacer el bien o hacer el mal. Hacer el bien o el mal no es un
acto relativo, sino cierto y verdadero.
Hay leyes físicas, como la ley de la gravedad, que no es
relativa, sino verdadera y cierta. Bien comprobada. A la realidad física nos
aproximamos poco a poco.
Hay leyes morales que regulan, de manera efectiva, elocuente y
vivencial, los actos humanos como son los Mandamientos de la Ley de Dios.
Hoy en día el "relativismo moral" reina. La filosofía
reciente insiste en que no hay verdades absolutas y todo es relativo. Cada cual
se inventa su verdad, que es generalmente un reflejo de lo que le conviene.
Siempre podrá encontrar personas que apoyen lo que piense, sea
lo que piense bueno o malo.
Yo creo firmemente que hay verdades absolutas, que existe el
bien y el mal. De la misma manera que hay leyes físicas y biológicas que
gobiernan la naturaleza, como la ley de la gravedad por ejemplo, hay leyes
similares que gobiernan la felicidad. Son leyes eternas. Son los mandamientos de
Padre Dios.
"¡La verdadera felicidad se encuentra en vivir de acuerdo
con estos principios!"
No se puede vivir en oposición a estas leyes de Dios y ser
realmente feliz. Es imposible. Se podrá sentir un placer pasajero, pero no la
verdadera, plena, y duradera felicidad. Esa es mi convicción.
He tratado de decirle, claramente y con mi mejor buena voluntad,
lo que pienso porque le quiero y admiro de todo corazón.
Ya no es un desconocido, es mi amigo.
Gracias por haberme leído.
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