“¡DAR, AYUDAR Y COMPARTIR!”
“¡Dar, ayudar y compartir es la forma de vivir
más libre y feliz!”
“¡No hay poder ni dinero que compre la
felicidad y la libertad!”
“¡Somos felices cuando compartimos la misma
felicidad con los demás!”
La propiedad de la felicidad no la tiene nadie
terrenal. Ni el dinero ni el poder hacen la felicidad. ¡Qué se lo pregunten a
los ricos!
La libertad no es propiedad de nadie. Nadie,
ni nada, la pueden coartar o reducir a su voluntad.
Si me quedo con lo mío y no lo comparto soy un
egoísta y, como tal, sufriré dolor al desprenderme hasta de lo que me sobra.
La vida es una continua decisión.
¿Qué decido ahora? ¿Quedarme con todo lo mío y
no tratar de ayudar? ¿O soy tan generoso que comparto lo que me sobra?
Estas son preguntas que me hago y que quisiera
contestar con toda honestidad, lealtad, y amor.
“¡La conciencia es la campañilla que no deja
de sonar!”
Hacer oídos sordos al sonido de la campanilla,
es tratar de acallar lo que no hay que callar: la voz de la conciencia.
Dar, ayudar, y compartir debe ser leiv motiv de todo ser humano que
pretenda ser honrado consigo mismo y con los demás.
“¡El amor es el bálsamo que cura las heridas
del desamor!”
Sin amor soy una campanilla rota de sonido
ronco y estridente, como estará roto mi corazón, si no tengo amor.
“¡Dar, ayudar y compartir es el camino de la
eternidad, de la santidad!”
Quién da, ayuda y comparte está en el camino
de la santidad.
No hay camino, se hace camino al andar.
Comencemos a caminar por ese maravilloso y
esplendoroso camino de la santidad.
Solo necesitamos ponernos en el camino y
comenzar a andar.
“¡El camino lo iremos trazando y ensanchando
en la medida que damos, ayudamos y compartimos!”
“¡Y la santidad será una realidad!”
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