viernes, 17 de septiembre de 2021

“¿QUÉ HAREMOS DESPUÉS DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS?” “0 YA”

 

“¿QUÉ HAREMOS DESPUÉS DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS?” “0 YA”

Nada surge por generación espontánea.

Todo tiene una razón de ser, salvo que haya sido creado adrede.

La casualidad no existe.

No existe la predestinación.

Somos libres de hacer y deshacer.

¿Ha cambiado su vida y sus costumbres después de la vivencia de las espantosas lluvias torrenciales, y de la confirmación de que el Planeta Tierra ha entrado en el punto de no retorno?

¿Qué haremos después de la pandemia del coronavirus? ¿Todo seguirá más o menos igual? O, por el contrario, ¿habrá una autentica revolución fraterna?

Cuando usted se monte en el transporte público, o en su flamante coche ¿todo volverá a ser igual o parecido? ¿Su comportamiento personal y social habrá cambiado o no?

La igualdad no es cambio. ¿Cómo se comportará?

Creo que todos estamos convencido de que las circunstancias han cambiado gravemente, y cambiarán aún más. Sin necesidad de que la ciencia nos diga cuál es la realidad.

Si no aprovechamos esta ocasión única y transcendente para hacer un mundo mejor… ¡que Dios nos coja confesados! Quizá esta generación vivirá aún desastres mayores, y la próxima padecerá los daños acumulados.

A la vista de esta realidad, ¿usted ha cambiado hacia un comportamiento más habitatista?

Si no aprovechamos esta espantosa experiencia para mejorarnos como personas individuales, como seres sociales, comunitarios y solidarios… a la pandemia de la crisis económica y natural, habrá que añadir la crisis de valores de la sociedad, que nos arrastrará a situaciones que puede ser límites. Si es que ya no lo son.

Nada surge por arte de magia. Todo tiene una razón de ser y de actuar. Ya sea creada adrede o por circunstancias como las actuales.

Si aprovechamos, o no, esta ocasión, es cuestión suya, mía y la de los demás. Aquí no nos quedamos fuera nadie. Todos tenemos nuestro círculo de actuación, y todos recibiremos los efectos de las actuaciones de los demás.

Si la norma es “¡ahí me las den todas!”, el problema en lugar de resolverse, se agravará.

Si es creyente, pídale a Padre Dios, y si no lo es haga pequeños sacrificios, para ver si nos llega la iluminación.

Nos encontramos ante una grandísima oportunidad para la humanidad, a nivel mundial, para cambiar, realmente, a un mundo mejor, basado en la hermandad humana y la protección al hábitat natural.

De usted depende.

Yo me responsabilizo de mi parte.


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