“¿QUÉ HAREMOS DESPUÉS DE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS?” “0 YA”
Nada surge por
generación espontánea.
Todo tiene una
razón de ser, salvo que haya sido creado adrede.
La casualidad
no existe.
No existe la
predestinación.
Somos libres
de hacer y deshacer.
¿Ha cambiado
su vida y sus costumbres después de la vivencia de las espantosas lluvias
torrenciales, y de la confirmación de que el Planeta Tierra ha entrado en el
punto de no retorno?
¿Qué haremos
después de la pandemia del coronavirus? ¿Todo seguirá más o menos igual? O, por
el contrario, ¿habrá una autentica revolución fraterna?
Cuando usted
se monte en el transporte público, o en su flamante coche ¿todo volverá a ser
igual o parecido? ¿Su comportamiento personal y social habrá cambiado o no?
La igualdad no
es cambio. ¿Cómo se comportará?
Creo que todos
estamos convencido de que las circunstancias han cambiado gravemente, y
cambiarán aún más. Sin necesidad de que la ciencia nos diga cuál es la
realidad.
Si no
aprovechamos esta ocasión única y transcendente para hacer un mundo mejor… ¡que
Dios nos coja confesados! Quizá esta generación vivirá aún desastres mayores, y
la próxima padecerá los daños acumulados.
A la vista de
esta realidad, ¿usted ha cambiado hacia un comportamiento más habitatista?
Si no
aprovechamos esta espantosa experiencia para mejorarnos como personas
individuales, como seres sociales, comunitarios y solidarios… a la pandemia de
la crisis económica y natural, habrá que añadir la crisis de valores de la
sociedad, que nos arrastrará a situaciones que puede ser límites. Si es que ya
no lo son.
Nada surge por
arte de magia. Todo tiene una razón de ser y de actuar. Ya sea creada adrede o por
circunstancias como las actuales.
Si aprovechamos,
o no, esta ocasión, es cuestión suya, mía y la de los demás. Aquí no nos
quedamos fuera nadie. Todos tenemos nuestro círculo de actuación, y todos
recibiremos los efectos de las actuaciones de los demás.
Si la norma es
“¡ahí me las den todas!”, el problema en lugar de resolverse, se agravará.
Si es
creyente, pídale a Padre Dios, y si no lo es haga pequeños sacrificios, para
ver si nos llega la iluminación.
Nos encontramos ante una grandísima
oportunidad para la humanidad, a nivel mundial, para cambiar, realmente, a un
mundo mejor, basado en la hermandad humana y la protección al hábitat natural.
De usted
depende.
Yo me
responsabilizo de mi parte.
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