“EXIGIR EL DIALOGO QUERIENDO IMPONER”
Quien exige el diálogo queriendo imponer su
voluntad, no tiene ni razón ni autoridad para exigirlo.
La honesta autoridad y la conducta recta con uno
mismo y leal con los demás son
necesarias en todo aquello que sea objeto de decisión y afecte tanto a uno
mismo como a los demás.
La verdad no es cuestionable. Se debe buscar. Se
podrá encontrar o no. A veces la mentira se adueña de la situación más
fácilmente que la verdad. Se necesitará que nos ayuden o nos aclaren la verdad,
y nosotros debemos estar dispuestos a escuchar y tratar de ver y entender la
realidad con nuestro propio criterio bien informado y bien formado. Y esto aunque
sea necesario reiterar muchas veces el tema hasta que quede clara la realidad.
Benditos y alabados los que piden, con
honestidad, conocer la realidad. De ellos nacen y creen las necesarias virtudes
que ayudan a esclarecer y a encontrar la realidad.
Vivir fuera de la realidad nos conduce al error
y hasta nos puede llevar al mal.
El mal es sapientísimo, y se aprovecha de los
errores y debilidades para tratar de imponer su voluntad. Si nos dejamos
arrastrar por el mal, caemos en sus redes que nos pueden hacer mucho daño, y
nosotros hacerlo a los demás.
Una forma de caer en el mal es tratar de imponer
lo que quiero y me interesa para mi provecho personal, y puede llegar al
extremo de tratar de imponer mis deseos particulares
a toda una comunidad.
Exigir el diálogo queriendo imponer es vivir
equivocado y seguro que se caerá en el mal, pudiendo arrastrar a aquellos a los
que previamente se les ha convencido de que tienen la razón, diciéndoles que es
verdad lo que no es verdad, lo que no es real.
“¡No hay mayor sordo que el que no quiere
escuchar!”
Hay personas y pueblos que, aun estando
equivocados, enarbolan una bandera del error, aduciendo principios, que para
los que están de buena voluntad son simplemente equivocados, pero que para los
de mala voluntad les mueven con pasión a estar decididos, militantemente.
“¡Exigir el diálogo queriendo imponer, están,
seguro, abocados a estrellarse y sin necesidad!”
“¡¡¡La honestidad es el principio que respeta la
igualdad de todos, el respeto a todos, sin imposición!!!” Sin ella no hay
solución que beneficie a la humanidad, y menos cuando aparecen esas personas
que quieren imponer su voluntad.
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