“¡EL PASOTA, MAL DE MALES!”
El pasota no nace, se hace.
Salvo excepciones, el pasota no ha recibido en su educación, unos valores
morales, éticos o religiosos, que generen la honesta participación, su honrada
contribución a la sociedad.
Les habrán enseñado a pasar, y alguna vez a pasar de todo, que eso es el
pasota recalcitrante.
“¡Estas personas pasotas se convierten en los enemigos de la sociedad y de
ellos mismos!”
"¡La omisión puede ser peor que la acción!"
El pasota normalmente omite decir, hacer etc., y esto es origen de que se
propaguen más los problemas que dependen de la opinión y de la participación.
Los seres humanos somos sociales por naturaleza y ello implica
relacionarnos. Lo contrario es una anormalidad creada, no espontánea.
"¡Sin relación no hay convivencia ni participación, y, como
consecuencia no hay felicidad ni libertad!"
"¡Felicidad es compartir!" "¡La libertad es
camino de la felicidad!"
El pasota debe estar siempre buscando llenar el vacío de la necesaria y
vital participación, normalmente en cosas materiales como el coche, la casa, la
ropa etc. etc. No tiene interés, -hay quien ni se le ocurre– preocuparse o
enterarse de cómo le va al vecino. Los hay que incluso no se preocupan de su
familia, son una carga, son un malaje, son un morbo.
Lo normal es vivir con otras personas como familiares o vecinos, y para que
sea una feliz convivencia se necesita que participemos, como: comer juntos,
compartir espacios comunes, el trabajo, entretenimiento, aficiones etc.
Respetándonos los unos a los otros y estando conectados por la honesta
participación y el amor.
Esta convivencia es absolutamente necesaria para la paz personal, la paz
familiar, la del trabajo, y la social, viviendo como vivimos en comunidad.
Y aún en un chalet, o en el campo, se tienen vecinos.
“¡El pasota, normalmente, es yo, sigo yo, continúo yo y termino yo!”
Hay grados de pasotismo. Ya hemos mencionada el recalcitrante.
Tenemos que hacerles ver su egoísmo, su negativismo personal y social.
Tenemos que hacerles ver que la participación honesta y activa es necesaria.
Quizá el mejor medio para explicarle al pasota que deje de serlo es hacerlo con
humildad, pero de forma constante, sin machacar, para que pueda ir entendiendo,
y luego cambiando. Porque la belleza del mal solo está en abandonarlo. El pasota deja de
serlo cuando comprende que el amor lo redime todo, y redime ese mal de males
que es el pasotismo.
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