“¡POR QUÉ MI YUGO ES LLEVADERO Y MI CARGA LIGERA!”
Hoy ruego me permitan expresar mis creencias con el deseo de
manifestar la alegría, esperanza e ilusión que me proporcionan. Hacen, además,
que mi vida tenga un sentido trascendente y me dan la posibilidad de ayudar con
mis actos, al menos es lo que intento, a todos los moradores de este Planeta.
Caminar en esta maravillosa vida entendiendo que el tiempo es la gran ocasión
para ser felices y libres mediante el amor al prójimo. Necesito manifestarlo,
porque la dicha que vivo, no será tal si no la comparto.
El egoísmo es algo que Padre Dios, su
Santísima Madre y todos los santos nos han enseñado que anula la felicidad,
amarga la existencia y lastra la vida con el peso del rencor.
Para dejar de ser egoísta tenemos un medio
maravilloso: los Mandamientos, que son diez, y cuyo compendio es tan conocido
como magistral: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros
mismos.
Quien vive o trata de vivir de acuerdo a esos
mandamientos, hace de su vida un resplandor que ilumina los caminos que nos
conducen a la eternidad.
Todo esto necesito manifestarlo, e intentar
transmitirlo, para ser consecuente.
Vivo feliz porque creo. Vivo libre porque
creo. Tengo de necesidad de manifestarlo, porque deseo la felicidad de los
demás.
No deberían ser palabras que se las lleva el
viento, sino hechos que llenen el alma y conduzcan nuestra existencia por el
sendero de la honesta participación, compartiendo hechos y creencias que
fortalecen nuestra vida.
No me cansaré de repetir, hasta la saciedad,
que amar a Dios y a los hombres nos sitúa en la cumbre de la vida. Desde esa
cima se otea el horizonte de la paz, de la felicidad y de la libertad.
Se crea lo que se crea, pero que se crea. La
fe es un valor tan impresionante que los sacrificios ofrecidos a ese Dios dejan
de ser una pesada carga y se vuelven ligeros.
Esto es lo que deseo transmitir. “Porque
mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
Roguemos porque Padre Dios y su Santísima
Madre la Virgen María nos iluminen y nos den ese maravilloso camino de la fe,
para que la vida sea maravillosa, llena de contenido espiritual que moverá a la
materia hacia un fin de ilusión y esperanza. Y todo lo que nos sucede -ofrecido
a Él- se convertirá en vivencias creativas, de ayuda y mejora del
comportamiento, que sirven al prójimo, tanto como a mí mismo.
Los quiero con toda el alma. Necesito quererlos
aún más, si es posible. Lo alcanzaré en la medida que pueda transmitir y
explicar estas vivencias que transportan el alma y el cuerpo a esa dimensión
del bien y de la ilusión.
“¡Y todo porque somos libres!” Nuestra gran
dicha y nuestra gran responsabilidad.
Ser libres, haciendo y diciendo lo que debemos
hacer y decir de acuerdo a nuestro leal saber y entender.
Ruego, nuevamente, a Padre Dios y a su
Santísima Madre que me iluminen y pueda expresar en palabras lo que siento y
vivo. Que sirva a los demás, también a quienes aún no lo practican. Porque
estoy convencido de que así se consigue bien personal y social. Máxime en estos
momentos en los que tanto se necesita la honesta participación, tengamos la
felicidad que merecemos y un mundo pleno de libertad, para ser auténticamente libres y felices.
Es lo que les deseo. Es por lo que rezo.
“Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
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