“¡¡¡LA PÁGINA DIARIA!!!”
¿Qué difícil y qué fácil puede resultar el juzgarnos a diario?
¿La página diaria de mi hoy será tan buena o mejor que la de ayer?
Mañana deberé hacer el examen de conciencia y ver si ayer fue
bueno o malo.
Ese examen diario jamás se debe dejar, pero este consejo sirve
para todos, tanto creyentes como no creyentes.
Es, quizá, la única manera de progresar y de ayudarnos a amar cada
día más a nuestro prójimo para sentirnos felices con nosotros mismos y con los
demás.
Pagar el diezmo de la hierbabuena y, a la vez, ser un pasota,
porque no piensa en los que le rodean, expresa que se es un individualista. Actuar de espaladas a la
justicia, la misericordia y la buena fe, son actos contrarios al bien.
No a una minuciosidad agobiante y por otro lado una gran laxitud
en lo verdaderamente importante.
“¡Lo importante es amar al prójimo como a nosotros mismos, lo
demás vendrá por añadidura!”
No preocuparnos en exceso de cosas accidentales y dejar escapar lo
verdaderamente importante.
El examen diario ayuda a no caer en la hipocresía, y llenar la página
diaria con cosas valiosas para nosotros mismos y los demás. Con él examen
diario veremos cuáles son los recovecos de nuestro corazón. Y nos ayudará a
practicar el bien.
“¡Somos llamados y herederos a la grandeza y no para quedarnos en
la hierbabuena, en pequeñeces!”
Descubriremos si hemos vivido la caridad, nos hemos esforzado en
el trabajo, cuál es la raíz de nuestra tristeza o malhumor… y así ponerle
remedio.
Toda nuestra actividad –familiar, profesional, lúdica, y social–
debe ser ocasión de amar al prójimo, a ser posible apasionadamente.
“¡Ese examen diario de conciencia es un repaso a fondo de lo que
hemos escrito en nuestra irrepetible página diaria!”
Aprenderemos de la contrición, para comenzar la nueva página en
blanco –única e irrepetible- de mañana. Iremos dando ejemplo, tan necesario, en especial ahora, en que tantos
valores humanos y religiosos se están olvidando.
Llenar el día con el trabajo bien hecho, la relación cariñosa con
la familia y afectuosa con los amigos, la obligada y eficaz participación
social, de la participación y unión en lo necesario etc.
La honestidad con nosotros mismos y con los demás, habremos
escrito una bella página de ese día.
Que no pongamos tachaduras, ni espacios en blanco, y si los hay a
corregirlos. Ahí está la virtud.
Yo tengo que confesar que no hay día que no tenga algo de que
corregirme, pero no cejo ni quiero desfallecer. Son tantos los frentes que
tenemos que mejorar y fortalecernos, y un medio importante para conseguirlo es
ese examen diario de la página diaria.
“¡Así nos conoceremos mejor y seremos mejores!”
“¡Descubriremos donde está nuestro corazón y qué es lo que lo
ocupa!”
Necesitamos corazones caritativos, honestos, libres y que sepamos
amar. Con ello habremos escrito, con letras de oro, nuestra página diaria, con
la que podemos favorecer a muchos, y de la que podremos estar satisfechos e ir
corrigiéndonos que es lo que hacen los santos.
“¡¡¡La felicidad llegará, como siempre, si participamos
diariamente con honestidad, que lo demás vendrá por añadidura!!!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Necesito y agredezco todos los comentarios que me puedan hacer, complementarán y enriquecerán este blog. La solución es la participación. Gracias.