“HA CRECIDO EL DESCREDITO A LA POLÍTICA Y A LOS POLÍTICOS.
¿QUÉ HACER?"
Es necesario crear un nuevo orden económico, político y social mundial.
Las acciones locales son insuficientes. La realidad de la globalización impone un cambio radical mundial.
¿Quiénes deben realizar este cambio? Una mayoría silenciosa, pero aplastante, de personas honestas. La "honestidad compartida".
Propongo una "revolución de los comportamientos personales", no violenta y continua, que deslegitimaría la manera de hacer política y el modelo económico y social actuales.
Podemos y debemos decidir y actuar en consecuencia.
Dejar de ser administrados por personas cuyos intereses particulares prevalecen sobre los generales. Protegidos por innumerables beneficios, especialmente económicos, y totalmente desentendidos del servicio de la comunidad. Al contrario: se sirven de ella.
No me cansaré de repetir dos cosas:
- “ser político, es uno de los mayores honores y alegrías que podemos tener los humanos”.
- “ser político, es ser administrador de los bienes de la comunidad, y hacerlo sin pedir nada a cambio”.
Sin estos cimientos es imposible edificar un sistema político que resuelva los problemas de la comunidad, y no de grupos minoritarios perversos. La política está al servicio de la sociedad. Poner la sociedad al servicio de la política conduce a la tiranía.
Pero la política honesta requiere un pueblo participativo, cuyos actos sean consecuencia de sus valores, en especial el de amar al prójimo como a nosotros mismos.
Cualquier cambio que no tenga ese fundamento, es cambiar un tirano por otro.
No vivimos una dictadura del proletariado. Probablemente estemos más cerca de la dictadura del poder económico perverso. Una y otra son igual de malas.
Toda pérdida de libertad es insana.
La libertad es un bien incalculable. La libertad no es libertinaje: sus cimientos son los valores, éticos o religiosos; su guía es la educación. Valores y educación son las herramientas del cambio. Sus agentes somos todos y cada uno de nosotros.
Hoy es el momento propicio para el cambio de vida: para modificar nuestros comportamientos particulares, sociales, políticos y económicos.
La suma de los comportamientos individuales inspirados en valores creará esa "mayoría silenciosa" que cambiará pacíficamente el mundo.
El poder del ambiente es aplastante. La opresión de ese poder económico perverso es grande. Pero no puede triunfar porque no tiene ética, no tiene honestidad y desprecia la libertad.
¿Cómo generar esa mayoría responsable y activa que al mal ajeno lo considera propio, y que participa en todos los actos personales, sociales y económicos que afectan a los seres humanos honestos?
¡No sé cómo formar esa mayoría necesaria!
Probablemente hubiera que comenzar por “tener el comportamiento honesto en todos los actos de nuestra vida particular y social, teniendo como base valores éticos o religiosos (amar al prójimo como a nosotros mismos) y con respeto a la libertad”.
Viviríamos una sociedad igualitaria y fraternal, porque nos amamos los unos a los otros. El cambio sería radical.
¿A qué esperamos? ¡Qué enorme responsabilidad dejar pasar el tiempo y ser pasotas o individualistas!
No tendremos derecho a reclamar o quejarnos si no somos consecuentes con estos principios.
Seres constantes, honrados y con valores. Es como construir una ciudad. Se puede hacer pero se necesita tiempo. José Manuel Cabrera
ResponderEliminarSi mi amigo José Manuel, construir un mundo mejor que es absolutamente necesario. Ya comenzamos, tu eres un gran ejemplo, vives para los demás, ahora sólo es cuestión de número.
EliminarQue Padre Dios bendiga a esa familia, y reciba también mis bendiciones, les quiere mucho Luis.