"¡¡¡LA FIDELIDAD!!!”
Ser fiel es ser bueno, leal y prudente. Ser fiel es ser honesto.
La esperanza es una de las virtudes sobre las que descansa la
fidelidad, porque ayuda a perseverar en el cumplimiento de los propios deberes.
Uno de los obstáculos para la perseverancia en la fidelidad es la
soberbia. “¡La soberbia obscurece el fundamento de la fidelidad!”
La perseverancia ayuda a ser fiel -por ejemplo, en la religión-, lo que
se opone a la inconstancia. La inconstancia conduce a desistir en el buen
comportamiento.
“El ambiente, la mala educación y falta de valores éticos, morales o
religiosos influyen en la fidelidad!”
“¡Ser fiel es una de las virtudes que más agradecemos los seres humanos!”
“¡Ser fiel denota tener unos valores dignos de admiración y respeto!”
“¡La fidelidad es ejemplar!”
Jesucristo dijo: “quien es fiel en lo pequeño, también lo es en lo
grande”.
“¡Dichosa aquella persona a quien su fidelidad le hace
ser heroico!”
La fidelidad hace que estemos siempre recomenzando, como consecuencia
de la fragilidad humana. Que venzamos momentos de cobardía o de sentirnos
derrotados. Y que nuestros actos traten de ser una manifestación de nuestras
creencias y valores. Ser fieles a nuestra vocación.
Padre Dios nos ayuda constantemente a sostener la fidelidad. Conoce
nuestras flaquezas, equivocaciones y los muchos defectos que tenemos. Siempre
está dispuesto a ayudarnos. Yo estoy constantemente rogándole y me ayuda.
Necesito siempre Su ayuda.
En el cercano momento final de la vida quisiera poder escuchar: Muy
bien, siervo bueno y fiel; has sido fiel en lo poco, te constituiré sobre lo
mucho; entra en el gozo de tu Señor.
¿Todo esto a qué viene? A que nosotros nos encontraremos con
personas que han perdido el sentido de la fidelidad o de la falta de creencia
en el Más Allá (que es otra fidelidad) y podemos ayudarles a esa felicidad de
la fidelidad y a esa feliz felicidad de la creencia en Padre Dios y su
eternidad.