lunes, 26 de septiembre de 2022

“¡LOS NO CREYENTES Y LOS CREYENTES SOMOS IGUALES!”

 

“¡LOS NO CREYENTES Y LOS CREYENTES SOMOS IGUALES!”

         No sé si hay alguien que crea que, por tener unas creencias éticas o religiosas, lo diferencia del que no las tenga o las tenga diferentes.

        TODOS LOS SERES HUMANOS SOMOS IGUALES.

        Quien crea lo contrario se equivoca de plano.

        Las verdaderas diferencias se dan entre los educados y los maleducados.

         No sé si existe otra diferencia tan notoria y radical como la educación, que afecta al comportamiento.

         Un fundamentalista es un mal educado.

         La violencia de género siempre procede de un mal educado.

         El pasota, el individualista están mal educados.

         La religión no diferencia al ser humano.

         No hablo de superstición, secta, fanatismo etc.

         Hablo de ética y de religión.

         ¿Quién está en contra de una buena persona? ¿Quién lo está en contra de un buen ciudadano, respetuoso con los demás y con el medio ambiente?

         Se sea o no creyente no hay diferencia. Los humanos somos todos iguales, salvo, como he dicho, si nos falta educación.

         ¿Cómo se puede convivir con un mal educado?

         El respeto y la consideración son condiciones indispensables para la feliz y normal convivencia.

         Probablemente los monoteístas nos parezcamos más, al creer en un solo Dios. Pero tampoco hay diferencia con otras religiones en cuanto que todos somos seres humanos.

        Jamás un no creyente se puede sentir discriminado por un creyente y viceversa. Dios nos libre, nunca mejor dicho.

         Ante Dios y ante los hombres todos somos iguales. Las diferencias las hemos creado nosotros mismos, en especial, como he dicho y repito, por la falta de educación. O porque no se ha aceptada la recibida. Pero nunca por el mero hecho de pertenecer a una determinada creencia religiosa.

         ¿Quién está en contra de amar al prójimo como a nosotros mismos? La regla de oro, según los clásicos.

         El tema es tan claro y evidente que no necesita, conforme mi leal saber y entender, más explicaciones.

         LOS HUMANOS SOMOS TODOS IGUALES.

         La gran diferencia es la educación, y, como consecuencia la participación.

         Un mal educado no participa, y si lo hace, normalmente, es para crear problemas.

         Con todo el entrañable y apasionado amor al ser humano, seamos lo que somos: ser sociales iguales que nos amamos como a nosotros mismos.

        Y reitero: TODOS LOS SERES HUMANOS SOMOS IGUALES, SALVO LOS MALEDUCADOS.

 


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