martes, 20 de septiembre de 2022

“¡¡¡LA PRODUCTIVIDAD!!!”


“¡¡¡LA PRODUCTIVIDAD!!!”


Este tema lo escribí hace tiempo, pero creo que lo debo publicar. Ruego comentarios al tema. Gracias.

 

         “¡No existe progreso sin productividad!”

         “¡Sin productividad no hay competitividad!”

         La pobreza es una manifestación de la falta de productividad.

         La crisis que vivimos se debe, en parte, a la falta de productividad.

         Es muy difícil que haya paz social y felicidad personal si no hay productividad. Así de claro.

         Hoy en día algunos empleados amenazan a sus patrones con la, por desgracia, célebre frase: “Si no está de acuerdo, écheme”, porque sabe que su indemnización es tan grande que es una carga para la empresa. Cuando oigan esta amenaza, recen porque Dios les ilumine, porque lo lógico es que esa empresa y todos sus empleados vayan camino del desastre.

         Mis hijos estudiaron en los Estados Unidos. Una vez, uno de ellos le preguntó a un señor que conocía: ¿Ud. no tiene miedo a que le echen?

         Quizá convenga recordar que en los Estados Unidos existe el despido libre.

         Pues el señor de nuestra anécdota contestó a mi hijo: ¿Por qué me van a echar, si soy un buen trabajador?

La empresa era su empresa, era donde trabajaba y de donde obtenía sus ingresos.

No entendía la pregunta de mi hijo. Él mismo cuestionaba esa posibilidad: ¿Por qué me van a echar, si hago bien mi trabajo y (añadía) lucho por la empresa? Y todavía comentaba: el empresario tendría que buscar a otra persona que hiciese el mismo trabajo que yo hago, y además asegurarse de que lo hiciese tan bien como lo hago yo ¿Por qué me va a echar?

         Es la lógica de la productividad, de la competitividad y de la responsabilidad.

         Hace unos días tenía que solicitar un asesoramiento para una instalación que quiero hacer. Llamé a un profesional canario y a una profesional peninsular.

          El canario me dijo que hasta dentro de, al menos, quince días, no podría pasar por mi casa. La señora, catalana para más señas, me dijo que al día siguiente podía venir.  Sobran los comentarios.

         Afortunadamente, no hay muchos canarios trabajadores de los que amenazan con que los despidan. Pero esos pocos hay que redimirlos, porque hacen mucho daño, no solo a su empresa, también a los que los puedan imitar.

         En estos momentos de crisis económica, no podemos dejar que la crisis de valores se enseñoreé y se haga la dueña para la desgracia nuestra.

         Y lo digo por que la productividad es un valor moral y práctico.

         Tenemos que revitalizar nuestro cuerpo social y trabajador, tanto de empleados como de empleadores o empresarios.

Todos tenemos que tener por inmediata meta la productividad.

          Tenemos que ser productivos al máximo. Para ello hay que tener la conciencia clara que el trabajo es un derecho y una obligación.

          Hay un derecho a tener trabajo. Pero también existe la obligación hacerlo a la perfección, con productividad.

No basta con hacer nuestro trabajo, hay que hacerlo a la perfección.     

Que nadie lo haga mejor y más rápido que yo.

La productividad tiene que ser uno de los valores que enseñamos a nuestros hijos.

La competitividad es necesaria para la productividad. Pero tampoco se trata de agobiar y angustiar al trabajador o al empresario. Los extremos siempre son malos.

Ser productivo es ser honesto consigo mismo y con la empresa, tanto por el trabajador como por el empresario.

En espera que los canarios en general, y los grancanarios  en particular, seamos realmente competitivos en nuestro trabajo, y con el trabajo vivamos bien y alegres, para conseguir la felicidad, a la que todos estamos llamados a tenerla, por ser un derecho a tenerla, y con el deber, lógicamente, de ser productivos y competitivos.

Y sin más, ahora seguiremos hablando de la competitividad y de la productividad como siempre, y siempre lo hacemos con el deseo de generar bienestar social y particular, y así podamos tener lo que necesitamos: ser felices.que es una necesidad.

         “¡No existe progreso sin productividad!”

         “¡Sin productividad no hay competitividad!”

         La pobreza es una manifestación de la falta de productividad.

         La crisis que vivimos se debe, en parte, a la falta de productividad.

         Es muy difícil que haya paz social y felicidad personal si no hay productividad. Así de claro.

         Hoy en día algunos empleados amenazan a sus patrones con la, por desgracia, célebre frase: “Si no está de acuerdo, écheme”, porque sabe que su indemnización es tan grande que es una carga para la empresa. Cuando oigan esta amenaza, recen porque Dios les ilumine, porque lo lógico es que esa empresa y todos sus empleados vayan camino del desastre.

         Mis hijos estudiaron en los Estados Unidos. Una vez, uno de ellos le preguntó a un señor que conocía: ¿Ud. no tiene miedo a que le echen?

         Quizá convenga recordar que en los Estados Unidos existe el despido libre.

         Pues el señor de nuestra anécdota contestó a mi hijo: ¿Por qué me van a echar, si soy un buen trabajador?

La empresa era su empresa, era donde trabajaba y de donde obtenía sus ingresos.

No entendía la pregunta de mi hijo. Él mismo cuestionaba esa posibilidad: ¿Por qué me van a echar, si hago bien mi trabajo y (añadía) lucho por la empresa? Y todavía comentaba: el empresario tendría que buscar a otra persona que hiciese el mismo trabajo que yo hago, y además asegurarse de que lo hiciese tan bien como lo hago yo ¿Por qué me va a echar?

         Es la lógica de la productividad, de la competitividad y de la responsabilidad.

         Hace unos días tenía que solicitar un asesoramiento para una instalación que quiero hacer. Llamé a un profesional canario y a una profesional peninsular.

          El canario me dijo que hasta dentro de, al menos, quince días, no podría pasar por mi casa. La señora, catalana para más señas, me dijo que al día siguiente podía venir.  Sobran los comentarios.

         Afortunadamente, no hay muchos canarios trabajadores de los que amenazan con que los despidan. Pero esos pocos hay que redimirlos, porque hacen mucho daño, no solo a su empresa, también a los que los puedan imitar.

         En estos momentos de crisis económica, no podemos dejar que la crisis de valores se enseñoreé y se haga la dueña para la desgracia nuestra.

         Y lo digo por que la productividad es un valor moral y práctico.

         Tenemos que revitalizar nuestro cuerpo social y trabajador, tanto de empleados como de empleadores o empresarios.

Todos tenemos que tener por inmediata meta la productividad.

          Tenemos que ser productivos al máximo. Para ello hay que tener la conciencia clara que el trabajo es un derecho y una obligación.

          Hay un derecho a tener trabajo. Pero también existe la obligación hacerlo a la perfección, con productividad.

No basta con hacer nuestro trabajo, hay que hacerlo a la perfección.     

Que nadie lo haga mejor y más rápido que yo.

La productividad tiene que ser uno de los valores que enseñamos a nuestros hijos.

La competitividad es necesaria para la productividad. Pero tampoco se trata de agobiar y angustiar al trabajador o al empresario. Los extremos siempre son malos.

Ser productivo es ser honesto consigo mismo y con la empresa, tanto por el trabajador como por el empresario.

En espera que los canarios en general, y los grancanarios  en particular, seamos realmente competitivos en nuestro trabajo, y con el trabajo vivamos bien y alegres, para conseguir la felicidad, a la que todos estamos llamados a tenerla, por ser un derecho a tenerla, y con el deber, lógicamente, de ser productivos y competitivos.

Y sin más, ahora seguiremos hablando de la competitividad y de la productividad como siempre, y siempre lo hacemos con el deseo de generar bienestar social y particular, y así podamos tener lo que necesitamos: ser felices.


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