“¿HAY LÍMITES PARA SOÑAR?"
El vivir casi en un paraíso no limita las posibilidades para soñar, quizá los
incentive.
¿Somos conscientes de la maravilla que es vivir en Gran Canaria o en cualquier
otra isla de Canarias?
Creo que, si fuésemos conscientes, “otro gallo nos cantaría”.
¿En qué soñamos los grancanarios?
Dejando a un lado lo primordial, creo que soñamos con un coche.
Quien no tiene un coche se siente frustrado.
Y aclaro cuando digo “soñar con un coche”; porque con las necesidades vitales
no se sueña, se necesitan, como lo son el trabajo, la vivienda etc.
Soñar es tener ilusión de algo o de alguien; la ilusión sólo la limita la conciencia
bien formada.
Y ¿quién tiene conciencia formada?
El que ha sido educado en valores morales o religiosos, unos los ha aprendido y
hay otros que los ha desarrollado del instinto natural o del sentido común que
tenemos todos los humanos.
Los humanos somos buenos por naturaleza. El malo y el maleducado
suelen estar “muy juntitos”.
¿Qué puede soñar una persona que le mueve la maldad y no la domina?
No lo sé, y me gustaría saberlo, porque lo necesitamos: porque de esos sueños
sacamos los valores por los que luego nos movemos en la búsqueda del bien.
Yo, sueño, y a diario, con un mundo mejor.
Oigo, con mucha frecuencia, opiniones de particulares acerca de la crisis
(económica y falta de valores). Pero… ¡No oigo, -al menos yo, y de forma
mancomunada-, las opiniones de las Asociaciones de vecinos y de sus Federaciones,
o de otros entes asociativos!
¿Qué pasa? ¿No hay participación social? ¿Se ha dejado de soñar por metas alcanzables,
para las que no se necesitan la participación de los demás?
¿Qué sueñan las Asociaciones y sus asociados?
No lo sé y me gustaría mucho saberlo, porque lo necesitamos.
Los pueblos podemos soñar cuando actuamos como tales.
Soñar por un mundo mejor, es absolutamente necesario; pero no hay que olvidar que
para ello se necesita tener una conciencia clara de los valores que nos mueven.
¿Hay alguna posibilidad de realizar sueños sin valores?
Creo que no, al menos tiene que ser muy difícil.
Soñar es una necesidad real que engrandece el alma, dilata la capacidad de amar
y derrama alegría.
Por supuesto, esos sueños tienen que ir acompañados de unas inquietudes
honestas y de participación, lo contrario son un espejismo que se desvanece con
la realidad.
Sin ir más lejos, una manifestación que observé no hace mucho, y que me causó
una enorme preocupación y perplejidad fue ver a un motorista escupirle a un
coche que él entendía había hecho una mala maniobra.
Este hecho me situó en una realidad preocupante y ahogó
mis sueños inmediatos.
¿Cómo un grancanario puede tener tal comportamiento?
¿Creo que aún me falta mucho que terminar de aprender de nuestro querido y
soñado pueblo?
Sé que hemos sido un pueblo noble, educado, trabajador y honesto, y que vivimos
aún en un paraíso con el clima más benigno del Planeta Tierra.
Que vivimos en medio del mar de la riqueza y a camino
de tres continentes.
Nuestras virtudes han sido la mejor carta de presentación
en el mundo, no digamos en América.
Espero y confío que el escupir haya sido un extremo no
repetible, y menos indicativo de nuestro comportamiento
como pueblo, porque de otra forma no podemos soñar con un mundo mejor, al que
todos tenemos derecho, pero con la obligación de participar.
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