“¡¡¡LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN!!!”
La cultura y la educación son
complementarias e imprescindibles, pero no son lo mismo.
La cultura es la preparación
e información que se adquiere en los centros de enseñanza y se incrementa a lo
largo de la vida.
La educación es la
preparación e información que dan los padres honestos a sus hijos a lo largo de
toda la vida. Los maestros y profesores en la escuela y colegios continúan por
delegación la labor de los padres.
Puede haber cultura sin
educación.
Puede haber educación sin
cultura.
La cultura no sustituye a la
educación.
La educación es una de las
grandes responsabilidades de los padres o familiares responsables en caso de
ausencia de los padres, de los tutores, maestros y profesores.
La educación como la cultura
no tiene fin, es inagotable, no tiene límite.
“¡La felicidad -como la
libertad- se basa en la educación y se amplía con la cultura, y no viceversa!”
No puede haber felicidad ni
libertad sin educación, puede haberla sin cultura.
Es tan importante la
educación que de no haberla es causa de muchos males.
“¡La educación genera el
bien personal, familiar, social y mundial!”
La globalización lo es en el
bien si hay educación, si no es el mal general.
“¡Las sociedades son
libres única y exclusivamente porque las personas tienen educación!”
La cultura podrá darle
matices a la libertad y hasta ampliarla.
“¡Pero jamás la cultura da
la libertad, como tampoco da la felicidad!”
La labor de los padres es de
tal magnitud y grandeza que no hay nada que la sustituya.
Los pueblos son insolidarios
por ser maleducados. Un pueblo insolidario jamás podrá tener la plena felicidad
y la plena libertad.
Benditos y alabados sean los
padres honestos que educan a sus hijos, de ellos surgirá una sociedad de
felicidad y de libertad.
El amor a los padres es una
consecuencia del amor y la educación recibida de los padres.
Benditos y alabados sean esos
padres que aman y educan a sus hijos.
La cultura y la educación
definen a los pueblos, haciéndolos honestos y participativos, generando el
bien, anulando el mal. Y esto dura por generaciones y los convierte en
paradigmas de pueblos grandes, gloriosos y dignos de admiración.
“¡¡¡La cultura y la
educación ennoblecen y enriquecen a los pueblos sin fin y sin limitación!!!”
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