jueves, 31 de diciembre de 2020

“¡REZAR!” “¿QUÉ ES REZAR?”

 


“¡REZAR!” “¿QUÉ ES REZAR?” 

MI ÚLTIMA ORACIÓN DEL AÑO 2020.

Rezar es pronunciar, con la mente o con la boca, una oración dirigida a Dios, a la Virgen María, a un santo, a un familiar.

Rezar es ponerse en la presencia de Dios, de forma mental o anímicamente, para pedir algún favor, para dar gracias, o para contemplar el amor.

Y la tercera definición de rezar, que tanto ansío, es que los monoteístas juntos, los que creemos en Dios, nos unamos para, juntos y hermanados, rezar por la misma petición.

Rezar es una consecuencia de la educación recibida.

Pedir no es lo mismo que rezar.

Pedir pedimos todos.

“¡Rezar solo rezan las y los que creen en una Divinidad!”

Rezar es el gran consuelo, la esperanza y la ilusión de recibir lo que le pedimos a Padre Dios.

Dios siempre oye y concede, jamás nos abandona. Pero hay que saber escuchar y rezar. Dios está siempre con nosotros.

Rezar por los demás es una maravillosa oración que Dios atiende y concede en proporción al número de personas que se se unen para impetrar lo mismo.

Si rezamos unidos miles, millones de seres humanos por la misma intención, Padre Dios nos lo concederá. Si somos pocos, a pocos nos atenderá.

Que miles, millones de fieles monoteístas pidan, juntos y al mismo tiempo, y por la misma intención, esa es una maravillosa oración que nos será concedida, sin la menor duda por Padre Dios.

Digo Padre Dios porque todos los seres humanos, creyentes o no, somos hermanos pues somos hijos del mismo Padre Dios.

No rezar juntos, y al unísono, miles, millones de fieles monoteístas de todas las religiones, y por la misma intención: ¿Qué es? ¿Engreimiento? ¿Despreocupación? ¿Pasotismo? ¿Aislamiento? ¿Desprecio?  Lo que sea es incomprensible porque tener la solución y no aplicarla: ¿qué es?

Esta pregunta ¿qué es? me la vengo haciendo desde hace ya más de un año. No he conseguido llegar a los dirigentes de las religiones monoteístas para que todas y todos le recemos al mismo Dios.

¿Los monoteístas respetamos, nos consideramos y somos hermanos de verdad?

¿O cada religión se cree superior a las demás?

No lo sé.

Solo sé que no he conseguido ser escuchado por los dirigentes de todas las religiones monoteístas.

¿Qué puedo hacer? SEGUIR REZANDO.

Rezar. ¿Por qué y para qué debo rezar? Para que todos los que creemos en Dios nos unamos fraternalmente,  y unidos recemos a ese Padre Dios, que amamos y adoramos, por la solución del problema que tengamos.

Ahora tenemos dos problemas globales: la pandemia del coronavirus, y la espantosa crisis económica y social, nacional y quizá mundial.

Para ello necesitamos a los dirigentes de esas religiones, para que unidos les pidan a sus fieles, que RECEMOS JUNTOS, Y POR LA MISMA INTENCIÓN, Y PADRE DIOS NOS LO CONCEDERÁ.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

“¿QUÉ ES UN POLÍTICO DESHONESTO?”

 


                         “¿QUÉ ES UN POLÍTICO DESHONESTO?”

¿Qué es un político deshonesto? El que actúa por su cuenta sin contar con el pueblo, se aprovecha del cargo y hace un daño, que puede llegar a ser irreparable, porque su actitud no es la de servir a los demás, sino la de servir a sus intereses personales y servir a sus “amiguetes".

Cuando un pueblo es deshonesto, pasota, no participativo ... cuando un pueblo no está unido, entonces la libertad individual puede degenerar en comportamientos sibilinos, dramáticos, deshonestos y agresivos, en especial procedentes de los que tienen autoridad. Que esto no ocurra es la gran responsabilidad de cualquier pueblo.

Cuando un pueblo es deshonesto, pasota, no participativo ... cuando un pueblo no está unido, entonces los políticos con autoridad y poder se transforman en y actúan como dictadores convencidos, tremendamente activos, hasta el punto de desplegar su maldad de forma y manera aterradora.

¿Qué es un político deshonesto? El que no hace lo que le dice el pueblo, se establece por su cuenta y actúa a su criterio, en busca de poder y dinero.

Cuando un político con autoridad es deshonesto, el daño que puede causar es de proporciones inimaginables.

Hay políticos deshonestos que se aprovechan de su autoridad para suspender y reprimir al pueblo, para buscar cómplices y crear normas o leyes que solo benefician a sus metas perversas.

Podemos llegar, y a toda velocidad, a una dictadura “democrática”. Me refiero a la situación en la que los “dictadores” no comenzaron siéndolo; al contrario, fueron elegidos por votación libre de los ciudadanos. Cuando éstos se desentendieron del encargo que dieron al elegido, cuando dejaron de pedirle cuentas, fue su pasotismo lo que provocó la transformación del régimen de gobierno. La democracia degeneró en dictadura.

¿Qué es un político deshonesto? Además del que se aprovecha del cargo para enriquecerse, son deshonestos los que presumen y abusan del cargo: no dan golpe y, por si eso no fuera suficiente, deciden causar daños a unos y beneficios a otros, con tal de beneficiarse crematísticamente a sí mismos, poniendo siempre la mano por debajo de la mesa.

Anatema al político deshonesto.

Anatema al pueblo pasota, desunido y deshonesto que elige al político y le convierte en deshonesto porque le permite aprovecharse, amparar a sus amiguetes y lacayos.

¿Qué es un político deshonesto? El que habiendo sido elegido democráticamente se aprovecha del cargo.

¿Qué es un político deshonesto? Quien vive y se enriquece con el cargo, a costa del pueblo.

¿Qué es un político deshonesto? El que abusa y usa mal el cargo.

Los políticos deshonestos, sin actitud de servicio a los demás, son los grandes enemigos de la sociedad. Y si tienen autoridad el daño que puede causar es llegar a que exista miseria moral y material.

¿Qué es un político deshonesto? El que no sirve a su sociedad, sino a sí mismo y a sus amiguetes.

¿Qué es un político deshonesto? El que destroza todo lo que no le interesa a costa del pueblo, para beneficio propio y de sus amiguetes.


martes, 29 de diciembre de 2020

“¡LA LEJANÍA DEL PUEBLO Y DE SUS AUTORIDADES!”

 


“¡LA LEJANÍA DEL PUEBLO Y DE SUS AUTORIDADES!”

Toda lejanía implica separación y desconexión.

La separación origina desilusión.

La desconexión origina desconocimiento.

La desilusión y el desconocimiento son causa y origen de la toma decisiones no ponderadas.

La lejanía entre el pueblo y las autoridades degenera en una dictadura porque, en esa situación, es fácil actuar sin conocer la realidad, o no queriendo saberla, y, en el mejor de los casos, por criterios subjetivos que pueden ser contraproducentes con la realidad y las necesidades del momento.

En un estado democrático, quien tiene autoridad la ha recibido de su legítimo propietario, el pueblo, quien la delega, con el encargo de administrarla justamente, a quien ha sido elegido en elecciones libres y democráticas.

“¡La libertad es el cimiento de la felicidad, de la responsabilidad, y del progreso de los pueblos!”

La lejanía entre el pueblo y sus autoridades da origen a decisiones erróneas, porque se hacen con criterios propios, que pueden estar equivocados, por muy buena voluntad que haya.

“¡Nadie sabe y conoce mejor sus problemas que quién los vive!”

Los adivinos para las ferias.

Puedo aportar mi experiencia, vivencias y hechos, de cuando fui concejal.

Nunca tomé una decisión que no fuese por indicación de los afectados, o que no tuviera en cuenta su opinión. Y los resultados fueron espectaculares.

Cuando el Ayuntamiento no podía pagar la totalidad de la obra a realizar, los vecinos colaboraban con su dinero, personalmente.

Había una simbiosis real y verdadera entre la autoridad y el pueblo, entre el pueblo y la autoridad. Tanto monta, monta tanto.

Los políticos de mi tiempo servíamos a la comunidad las 24 horas del día.

Los escasos recursos municipales se multiplicaron de forma exponencial por la colaboración directa del pueblo, y de los administrados.

El alcantarillado de un barrio, llamado Hoya Andres, es el mejor de la ciudad. Los vecinos me comunicaban si había alguna obra mal hecha, y el desperfecto se corregía al momento.

Todo porque había unión, comunicación, y servicio por parte del concejal. Los concejales éramos unos servidores de la comunidad, y los vecinos se sentían satisfechos del voto de confianza que habían dado.

La honesta participación iba en las dos direcciones: pueblo-Ayuntamiento, Ayuntamiento-pueblo.

¿Sucede lo mismo ahora?

La lejanía y la desconexión del pueblo y de sus autoridades provocan una dictadura, una de las más duras.

La falta de libertad conduce a la esclavitud.

¿Quién tiene la culpa?

 

lunes, 28 de diciembre de 2020

“¿MORIR ES LO DE MENOS?”

 



“¿MORIR ES LO DE MENOS?”

La muerte es un hecho de una trascendencia irreparable. Una vez muerto, salvo un milagro para los creyentes, no hay retorno. Se muere y se está muerto para siempre. Pero nuestras obras nos acompañan al más allá. Para bien o para mal. Sea creyente o no.

Titulo este texto "¿Morir es lo de menos?" porque hay quien vive pensando y actuando como si no se fuese a morir.  Por activa o pasiva hay quien pasa, se despreocupa, perjudica, ofende, blasfema, mata… como si nada.

¿Cómo hacer reaccionar a esas personas que todos estamos obligados a ayudar y a respetar? ¡Nadie tiene patente de corso para no respetar y no hacer nada por los demás!

Tampoco se puede hacer el bien y alabar y dar con una mano, y dañar y ofender con la otra. Se es honesto o no, no hay término medio.

“¡La honestidad es en todas las direcciones y en todos los hechos!”

“¡La honestidad es un bien de necesidad para la felicidad y la libertad!”

Hay que buscar la forma de ayudar a quien vive como si no se fuese a morir, y más aún, a aquellas personas que además de ofender, no respetan porque no son ni educadas ni honestas.

“¿Cómo convencer de la necesidad de la honesta y educada participación para que pueda existir felicidad y libertad?”

“¿Cómo llegar al mayor número de personas informándoles de que el bien de la honesta participación es una necesidad insustituible?”

No sé el tiempo que Padre Dios me permitirá seguir viviendo y comunicándome. El que sea seguiré repitiendo: “la honesta y educada participación es la solución”.

Espero que mis deseos y esfuerzos -con estos artículos- no sean cansinos sino que sirvan para lo que vivo: ayudar.

“¡Ayudar es la meta a alcanzar, y a nivel personal y a nivel universal!”

Quien ayuda escoge un camino que con perseverancia conduce al cielo. Es el camino que nos han enseñado hacia la santidad. Creyentes o no.

“¿Morir es lo de menos?” “¡Lo importante es lo que se deja en los demás, por lo que se ha hecho en el camino!” Creyentes o no.


sábado, 26 de diciembre de 2020

“AL SERVICIO DE SU MAJESTAD”

 


“AL SERVICIO DE SU MAJESTAD”

“¡Tener lealtad a Su Majestad es servirle con honestidad, y a la Patria y a los conciudadanos!”

No solo defender lo que existe por ley, historia y representa a la Nación, como es el Rey y la Corona, es tratar de ser un honesto ciudadano que con respeto y amor está al servicio de Su Majestad “sin fanatismo, con realismo”.

Ahora es el momento –lo ha sido siempre– de ser leal y honesto con quien nos representa, con honor, autoridad, y realidad.

“¡Respeto a quien tenga otras ideas, no trato de exigir, ni soy quien para hacerlo, sólo ruego respeto y nada más!”

Mis ideales, mis creencias y mi educación  me impulsan y me obligan  a comportarme lealmente y ser un fiel servidor de Su Majestad.

Me educaron en el amor a los demás. Una forma de vivirlo y ser consecuente es respetando a los demás.

Respetar, tener lealtad y honestidad deben de ser el normal y debido comportamiento para quien es fiel a sus obligaciones, siempre en libertad.

Estoy al servicio y a las órdenes de Su Majestad, de la Corona y de la Nación, y estoy a las órdenes del pueblo del que soy su servidor, como también a la Corona debe servirlo.

"¡¡¡Al servicio de Su Majestad, de la corona lo hacen, y lo deben hacer, quienes respetan la Constitución, sea monárquicos o no!!!"



viernes, 25 de diciembre de 2020

“¡QUÉ TRISTES NAVIDADES SON ESTAS!”

 


“¡QUÉ TRISTES NAVIDADES SON ESTAS!” 


"¡Qué tristes Navidades son estas!" Es la primera vez que, en mis 90 años, existe miseria.

En mi juventud solo había pobres y ricos, no había la clase media, pero no había miseria.

El pueblo español, al que pertenezco por generaciones, ha sido un gran pueblo, capaz de crear un imperio en el que no se ponía el sol.

El sol ahora brilla para darnos la luz necesaria para ver la realidad espantosa, que hay miseria.

¿Cómo es posible pasar, en tan corto espacio de tiempo, de un extremo al otro? Trato de buscar las razones, y siempre llego a la misma conclusión: en un pueblo, que su mayoría no es honesta y participativa, y en el que tampoco lo son sus autoridades, la solidaridad desaparece, y aboca al pueblo a la miseria.

¿Cómo salir de esta miseria? A mi leal saber y entender: solo saldremos de la triste y aterradora miseria con la honesta participación de la mayoría, una soberanía popular realmente ejercida, que imponga su autoridad a la autoridad competente.

¿Tenemos esa mayoría? ¿Hay mayoría de pasotas, individualistas, de esos de “a mí que me las den todas…”?

El individualismo atroz es capaz de destruir todo lo que no tenga valores morales, éticos o religiosos, fuertes convicciones.

Solo, a mi entender y saber, los valores morales, éticos o religiosos son los únicos capaces de elevar a un pueblo al puesto que le corresponde.

¿Qué puesto nos corresponde? Eso quisiera saber.

¿Quiénes están gobernando?

¿Qué pueblo tenemos?

¿Qué hacemos?

Creo que si podemos contestar a estas preguntas encontraremos las respuestas.

Lucho, en la medida de mis posibilidades, para encontrar, y convertir en realidad, las contestaciones a esas preguntas, y no consigo aclararme.

¿Qué puedo y debo hacer?

Amo, a mi Patria y a mis conciudadanos, con todo el amor apasionado del que soy capaz. Pero veo que ese amor no es suficiente, porque no consigo nada, y todo, no solo está mal sino peor.

¿Hay unos responsables directos en estas trágicas circunstancias? Sí los hay: son las personas, concretas, que tienen autoridad. Porque la autoridad es responsable incluso de no organizar la educación de forma que transmita solidaridad y valores a las nuevas generaciones, que transmita participación.

La autoridad la tenemos el pueblo y la delegamos en los elegidos democráticamente, pero ¿cómo puede haber elecciones democráticas si no hay listas abiertas? Estamos en una partidocracia. No sé si hay algo más.

Tenemos de origen ya un mal que origina un mayor desarrollo del mal.

¿Cómo es posible que pocas personas arruinen a todo un País?

He sido político en activo, y he tratado de convertir mi vida en ser un servidor de los demás. ¿Qué puedo hacer?

Solo me resta escribir intentando informar.

¿Lo estoy consiguiendo?

No sé cuál es la realidad y la verdad de mis deseos y resultados. Seguiré en el intento, como hasta el momento, hasta que, sin eutanasia, deje de vivir en este maltratado Planeta, y en este País con miseria. Y me iré al otro mundo con la tristeza de haber vivido en una País con miseria.

Rezaré, mientras viva, por los responsables, y por los que viven la miseria.

"¡QUÉ TRISTES NAVIDADES SON ESTAS!"


jueves, 24 de diciembre de 2020

“A LA MEMORIA DE DON JESÚS JIMÉNEZ JUÁREZ, SACERDOTE DEL OPUS DEI”

 



“A LA MEMORIA DE DON JESÚS JIMÉNEZ JUÁREZ, SACERDOTE DEL OPUS DEI”  

 EN SU ANIVERSARIO.

 Don Jesús cruzó la frontera del Más Allá, ya está en la eternidad en la contemplación de Padre Dios, pero sigo echándole de menos. Era mi confesor que aceptaba con santidad mis confesiones y me aconsejaba santamente.

Nadie somos imprescindibles pero el cariño y la admiración no deben ser olvidados por el bien que repartió, y en el caso de don Jesús el bien que repartió a manos llenas.

Que sean estas palabras un sentido recuerdo en su aniversario, de quien dio su vida por los demás y sin pedir nada a cambio. Eso es la santidad.

“¡La gran responsabilidad personal es hacer el bien sin mirar a quien: ayudar!”

Para corresponder a esa necesaria obligación de ayudar –que es personal e intransferible– solo hay una solución: ayudar.

Don Jesús ayudaba por amor al ser humano y a Padre Dios. Su ejemplo será siempre recordado y echado de menos.

“¡La huella que uno va dejando y que deja es la huella de los hechos que hemos realizado, sean buenos o malos!”

No hay quien no tenga obligación de ayudar. Nadie deja de tener la obligación de ayudar.  Y esa obligación se va incrementando con los años. Esa es la gran responsabilidad de los que somos jubilados: tenemos que ayudar por la experiencia y la ciencia acumulada durante la vida, que eso es la vejez: ciencia y experiencia acumuladas.

Ahora buscaremos a otro santo confesor que nos vaya dirigiendo hacia el final terrenal. Y no es fácil. No hay tantas vocaciones como necesitamos. El mundo se ha materializado demasiado por el mal uso de la libertad como consecuencia de la falta de educación en valores.

Descanse en paz don Jesús Jiménez Juárez en la eterna contemplación de Padre Dios, y hasta pronto, porque sobre todo quiero volver a verle en ese cielo de Padre Dios.

Gracias, don Jesús, por la vida, el tiempo y dedicación que nos dio y que nunca olvidaremos, por tanto amor que repartió.

Descanse en la eterna contemplación de Padre Dios don Jesús Jiménez Juárez, sacerdote del Opus Dei.


miércoles, 23 de diciembre de 2020

“LA VOCACIÓN”

 


“LA VOCACIÓN”

“¡La vocación debe ser el motor de la vida!”

La vocación es creer, ambicionar y desear aquello por lo que estamos dispuestos a dedicar y ofrecer nuestra vida.

“¡Dar nuestra vida cuando la vocación mueve los sentimientos y creencias, es el culmen del amor!”

La vocación debe ser el punto central de nuestra existencia, a la que le debemos dedicar todas nuestras energías. Alrededor de ella debemos organizar nuestra vida.

“¡Vivir cultivando e impulsando nuestra vocación debe ser el eje central de nuestra vida!”

Amar la vocación y vivir para ella es lo que realmente importa, lo que da alegría y llena el corazón: algo aleccionador y esperanzador.

“¡La vocación debe ser el camino hacia la felicidad y la puerta de entrada a la libertad!”

“¡Uno de los grandes fines de la vocación debe ser el ayudar a los demás para alcanzar la plena felicidad,!”

“¡La vocación debe ser el camino y la guía para la santidad!”

La vocación no es cuestión de meros ideales: la vocación es desarrollar la vida con esos ideales tratando de convertirlos en realidad.

La vocación no es para privilegiados: todos y cada uno de los que vivimos y habitamos en este maravilloso, pero maltratado, Planeta Azul de la Tierra tenemos una vocación.

“¡La vocación se convierte en un privilegio cuando la convertimos en el motor y en el motivo de nuestra vida, y cuando la desarrollamos!”

Todos podemos ser privilegiados si somos honestos con nuestro comportamiento y hacemos de la honestidad la meta que nos proponemos conseguir.

Quien cifra la vida en fines puramente materiales -como, por ejemplo, el sueño, los esfuerzos y sacrificios para poseer un coche, como la meta de lo ideal- oxida sus esperanzas e ilusiones. Y el polvo de la herrumbre dejará en su vida un rastro de gastos y disgustos.

“¡Todos los seres humanos debemos tener nuestra vocación a la que dedicar la vida con ilusión y esperanza, y así caminar por el sendero luminoso que nos lleva a la honesta participación!”

La vida normal y corriente es algo de inmenso valor: es la vida real, la única existente, a la que debemos dedicar ilusión, esperanza y amor.

Las incidencias y acontecimiento diarios son la realidad que debemos transformar con nuestra vocación y acciones llenándola de honestidad. Porque nuestra vocación es la honesta participación.

La vocación debe ser la guía que nos lleve por el camino de los buenos hechos, que trascienden más allá de nosotros mismos.

La vocación debe ser nuestra meta e ilusión para convertirla en una realidad.

La vocación convertida en hechos, honestos y de honesta participación, nos llevará a la santidad.

La santidad es la vocación, el ejercicio y la vivencia de los hechos honestos, con la honesta participación.

La vocación debe ser la norma de nuestro comportamiento para el bien personal y del mundo entero.

La gran vocación es amar a los demás cuidando sus vidas.

La gran vocación es salvar y proteger vidas, y no matar.

 


martes, 22 de diciembre de 2020

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

 


¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?  

¿Cuál es la solución para vivir mejor? ¡¡¡Solo se necesita educación, honestidad personal, y participación social, y todo con amor y en libertad”!!!

¡Qué fácil decirlo y qué difícil vivirlo!

¿Por qué es difícil vivirlo? Porque nadie da lo que no tiene.

“¡Ni la educación, ni la honestidad ni la participación ni el amor se improvisan, son una consecuencia de la educación!”

¿Cuál es la solución a la autodestrucción del hábitat natural y de la vida de las personas?

La educación, la honestidad, la participación y el amor.

O corregimos y vivimos de acuerdo a esas cuatro palabras, o le dejaremos a las siguientes generaciones un Planeta Tierra inhabitable por invivible.

¿Cuál es la razón para vivir con felicidad?

Simplemente por haber nacido somos merecedores de vivir con felicidad.

¿Qué hacer para vivir con felicidad?

“¡Para vivir con felicidad solo necesitamos participar y servir con honestidad por la educación recibida y aceptada!”

¿Por qué es tan fácil decirlo y tan difícil hacerlo?

La falta de educación nos convierte en sumisos obedientes al mal. Los poderes perversos, los maleducados y los malos, en especial con autoridad, imponen su interés arrastrándonos al mal a los demás, como a corderos.

¿Cuál es la solución? No olvidar lo que todos sabemos: educación, honestidad, participación y amor.

“¡La libertad es la conquista para la plena felicidad!”

“¡La libertad se consigue con la educación, honestidad, participación, y con el amor que se tiene cuando se tiene honestidad!”

“¡Todo lo grande y necesario es sencillo, corto, expresivo y es repetitivo!” Yo lo repito.

¿Está de acuerdo o en desacuerdo? Por favor, díganos su opinión y experiencia, y con ello nos ayuda, y nos ayudamos para tener la solución. 

lunes, 21 de diciembre de 2020

“LA MUERTE”

                                                                                   “LA MUERTE”

La muerte, el final de la vida. ¿Qué final y cómo?

¿Qué necesito decir? Trataré de decirlo.

La muerte debe de ser el final terrenal y el comienzo de la eternidad.

Soy creyente y lo tengo clarísimo, sin la menor duda, mi fe. ¿Cuál es? Que existe Padre Dios y la muerte es el comienzo de la eterna contemplación de Padre Dios, la eterna vida con Padre Dios, que eso es el cielo.

Intento pensar y trato de entender a quien no tiene fe en la creencia de un Padre Dios, por ello pido disculpas si lo que digo no es correcto y espero me corrijan.

Pensar que la muerte es el final de la existencia personal, que ya no hay nada más, nada, es inimaginable. No nos hemos inventado de la nada, ni nos vamos a diluir en la nada.

Me educaron y grabaron el amor a Padre Dios y al ser humano por igual. Y así he intentado e intento vivir para ser consecuente. Ese motor ha movido y dirige toda mi vida. Trato de vivir y hacer de acuerdo a esa fe. He fallado muchas veces y no sé las que aún fallaré. Pero no me quitan la fe.

Mi esperanza en la feliz eternidad la voy fomentando. Pienso con cierta frecuencia acera de la muerte. Y cada vez noto, lógicamente, que me aproximo más a la muerte,          quizá a toda velocidad.

¡La eternidad! ¡Qué impresionante! ¡Y qué maravilla debe ser!

Por mis creencias, vivencias y obligación trato de ayudar informando, y esta es la razón que me mueve a tratar la muerte, algo tan importante y definitivo. En especial ahora.

Me voy a morir, trato de mejorarme para ayudar y ayudarme.

El tiempo que me queda deseo llenarlo tratando de ser consecuente, por eso usted es mi amigo, y vivo queriendo ayudarle, y que usted me ayude, que nos ayudemos.


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