“¡QUÉ O QUIÉN LEGITIMA LA AUTORIDAD Y EL PODER?”
¿Qué o quién legitima la autoridad y el poder? SOLO EL BIEN.
Ni la autoridad, civil, religiosa, militar, económica,
política... pueden hacer el mal y seguir teniendo autoridad. Como tampoco el
poder.
Hay autoridades y poderes haciendo el mal.
Quién hace el mal, con la repercusión que siempre tiene en
los demás, no puede tener autoridad o poder.
"¡Pero cuando el mal se apodera de una sociedad es
culpa de esa misma sociedad!"
Esa sociedad, la que sea, no puede volverle la espalda a la
realidad.
La realidad es la verdad de ese momento.
En democracia real y verdadera -en esos países que hay
libertad- si hay mal por el ejercicio de esa autoridad, incluso habiendo sido
elegida por votación, la culpa la tenemos usted, yo, y los demás.
En mi país, España, hay ya miseria en amplios estratos de la
población.
Tengo 90 años y es la primera vez que puedo constatar que existe
miseria en tales dimensiones.
Si hay miseria, y no hacemos nada, somos culpables de ella,
por acción o por omisión.
Cargo con mi culpa porque creo que no estoy haciendo lo suficiente.
No trato de disculparme, porque llevo ese peso, que me está
aplastando. Por eso escribo. Es la oportunidad de poderme expresar, y tratar de
cooperar al bien de los demás.
Rezo un Padre Nuestro pidiéndole a Padre Dios -que amo y
adoro con pasión- que me ilumine para poder escribir aquello que ayude a los
demás –que me ayudan a mí también- preguntándole a Padre Dios: ¿Qué puedo y que
debo hacer? Siempre llego a la misma conclusión: participar e informar, que es
lo que intento hacer.
No me contento, ni me quedo tranquilo, no haciendo nada, o diciendo
que yo solo no puedo hacer nada. Por eso escribo.
Todos tenemos a personas a las que podemos informar y animar,
para tratar de conseguir la necesaria mayoría social y democrática, que es la
que puede tener la autoridad para cambiar.
En democracia la autoridad la tiene el pueblo.
Los políticos tienen la autoridad que les delegó el pueblo
con su voto. Pero no son dueños de esa autoridad; la autoridad la tienen solo los
capaces de trabajar, denodadamente, por el pueblo al que deben servir, el
pueblo que les dio la autoridad para gobernar, que no es mandar.
Pero, si esos gobernantes votados y elegidos hacen el mal ¿qué
debemos hacer los demás? No tengo la menor duda: unirnos y participar en toda
iniciativa, todo aquello que elimine el mal.
Cuando esas o esos políticos con autoridad reparten el mal,
desde ese momento han perdido su autoridad y poder, y deben abandonar sus
cargos y el poder porque ya no tienen autoridad.
"¡Si no lo abandonan es una dictadura, y de las
duras!"
¿En qué País vive? ¿Sus autoridades qué reparten? ¿El bien o
le mal?
Si hay miseria en un País, no hay autoridad legal y honesta,
como tampoco hay un pueblo unido, participativo y honesto.
Cuando hay miseria hay un pueblo desunido, deshonesto y quizás
por ello merecedor del castigo que está recibiendo.
"¡Quien quiera el mal por gusto, que vaya al infierno a quejarse!"
Muy bien dicho don Luis, en la vida el circo sigue funcionando mientras haya personas que le aplaudan a los payasos. Un abazo
ResponderEliminarMuy bien dicho don Luis, en la vida el circo sigue funcionando mies tras hayan personas que le aplaudan a los payasos. Un abrazo
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