“¡LA RESPONSABILIDAD!” “¡LAS RESPONSABILIDADES!”
La
responsabilidad personal, social, nacional y mundial de todo ser humano es
cumplir con sus deberes morales, éticos o religiosos, en cada segundo de la
vida.
Nadie está
exento de cumplir lo que su conciencia formada le dicte.
El presupuesto
es claro: hay que tener conciencia, lo cual no se improvisa.
“¡La conciencia
es la consecuencia de los valores recibidos y aceptados!”
La conciencia
nunca duerme.
“¡La conciencia
responsabiliza y ordena el comportamiento!”
Las
responsabilidades están de acuerdo a los deberes y derechos, y a su
cumplimiento y exigencia
“¡A mayor
responsabilidad mayor autoridad!”
“¡Sin responsabilidad
no hay felicidad ni libertad!”
La gran
responsabilidad de todo ser humano es servir y amar a los demás, -y los
creyentes a Dios- para repartir y compartir la felicidad y la libertad.
“¡Sin amor y sin
servicio a los demás no hay felicidad ni libertad!”
Estamos viviendo
momentos de gran irresponsabilidad: el coronavirus se transmite solo de persona
a persona, no por el aire.
Las personas
somos los únicos responsables de la transmisión de la enfermedad. Nadie más.
Sin olvidar que
a mayor autoridad, mayor responsabilidad.
“¡La
responsabilidad personal de no contaminar es una obligación moral y material!”
Tener autoridad
conlleva responsabilidad.
La
responsabilidad de la autoridad no admite errores y pecados, porque las
consecuencias se proyectan sobre los demás.
Todo
representante político con autoridad no la tiene sin su deseo y voluntad: la
autoridad le ha sido dada y él la ha aceptado, reforzando su decisión con una
promesa o un juramento.
Faltar a esa
promesa o juramento es perjurio: un mal personal, pero que tiene también una
dimensión social.
A nivel personal
debemos preguntarnos si hacemos todo lo que debemos y podemos para no
contaminar de forma física y moral, así como tratar de ayudar a los demás. Si
así lo hacemos, Dios y la sociedad nos lo premiarán.
Si, por el
contrario, hago lo que me da la gana, o me despreocupo, o, lo que es peor, me
refugio en el pasotismo personal y social -que son los grandes males de la
sociedad- seré reo de maldad.
Las imposiciones
gubernamentales no pueden sustituir a las obligaciones personales y sociales.
Ahora bien, tampoco estamos obligados a apoyar a las autoridades que reparten
el mal.
¿Quién tiene
autoridad para quitar o reducir la libertad?
Quien quita o
disminuye la libertad es un dictador.
De igual modo,
nadie puede sustituir sus obligaciones, responsabilidades, deberes y derechos,
personales y sociales.
Entre nuestras
obligaciones y responsabilidades sociales se encuentran las de no contaminar ni
dañar a los demás.
Somos las
personas las que contaminamos y podemos dañar a los demás. No hay otros
culpables. La responsabilidad es personal y social.
Las autoridades
legítimamente instituidas son las responsables de controlar la pandemia, de
dirigir y controlar la economía, y el bien nacional.
La responsabilidad
y las responsabilidades son inherentes al puesto que ocupemos en la familia y
en la sociedad.
“¡Cada cual
cargue con su responsabilidad, y responsabilidades, cumpliendo con sus deberes
y derechos cada segundo de la vida!”
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