“¡¡¡CONQUISTAR EL MUNDO CON LA PALABRA!!!”
“¡Conquistar el mundo con la palabra!” La palabra ha sido el medio que más se ha utilizado para intentarlo.
Y debería ser el más creído y el más efectivo.
La palabra compromete al que la dice, siempre que esa persona
sea honesta consigo misma y con los demás.
La humanidad se comunica, se entera, discute, expone, ama… con
la palabra.
La palabra es el medio más eficaz para hacernos entender y
comprender, para expresar el amor, para rezar, para pedir, para agradecer…
“¡La palabra debería ser la voz de la honestidad, de la
sinceridad, de la conciencia, del amor a los demás!”
La palabra debería ser el reflejo del alma y de la conciencia
honesta, sana y leal.
Decir, contar, narrar con la palabra ha sido, y es todavía, la
voz que ha resonado a lo largo de los siglos en la comunicación de la
humanidad.
“¡¡¡Conquistar el mundo con la palabra!!!” El proyecto es posible,
siempre que la palabra manifieste y diga la verdad con honestidad y humildad.
La honestidad y la humildad refuerzan la verdad de la palabra, a
la que dan valor y contenido.
“¡Hable siempre con amor, honestidad y humildad y habrá
conquistado a la humanidad!”
La palabra nos responsabiliza para decir la verdad y para poder
mirar de frente, sin tener que agachar la frente.
Nos comunicamos con la palabra.
La palabra es y será la forma y la manera de comunicarnos, y de
poder decir la verdad para ayudar.
“¡Ayudar es el verbo que más deberíamos conjugar!”
“¡Ayudar a los demás es entrar en un espacio celestial!”
“¡¡¡A quien ayuda, Padre Dios le ayuda!!!”
Los seres humanos resolvemos nuestros problemas cuando recibimos
la ayuda del amigo-hermano.
“¡Amigos-hermanos somos todos los que queremos ser fieles y
leales a nuestros valores, creencias e ideales!”
“¡¡¡Ayudar es la forma y la manera de resolver problemas!!!”
Cuando los problemas de los demás son nuestros problemas,
caminamos, certeros, por el sendero de la santidad.
“¡¡¡La santidad es la palabra convertida en hechos del
amigo-hermano, para ayudar al otro amigo-hermano!!!”
Hable, diga, comunique … pero, por favor: hágalo siempre con
honestidad, lealtad y humildad, porque así resolverá los problemas de los demás.
La vida -esa maravilla que nos ha tocado vivir- tendrá valor y
contenido de acuerdo al modo en que hayamos usado la palabra.
“¡¡¡Conquistar el mundo con la palabra!!!” Así llegará a la
santidad.
Aproveche las oportunidades que tiene para enterarse de cuál es
el problema de su amigo-hermano. Y trate, con todo el AMOR Y AMISTAD de que sea
capaz, de ayudarle.
Ayudar a los demás debe ser la forma de vivir con honestidad,
lealtad y amor a los demás, y, si es posible, usando la palabra.
“¡Quién ayuda a los demás, tiene la gloria terrenal!” Y si ayuda
con HONESTIDAD, AMOR Y AMISTAD, tendrá el reconocimiento social y Padre Dios le
ayudará. Sea creyente o no.
“¡CONQUISTAR EL MUNDO CON LA PALABRA!” Así vivirá la plena
felicidad.
“¡¡¡La plena felicidad se alcanza cuando somos amigos-hermanos
de los demás!!!”
El amigo-hermano no nace, se hace.
El amigo-hermano se hace cuando se tiene base.
La base es el AMOR Y AMISTAD, con honestidad y humildad,
actuando, con toda sinceridad y honestidad, tratando siempre de ayudar.
“¡¡¡CONQUISTAR AL MUNDO CON LA PALABRA!!!” Y las bendiciones le
cubrirán.
“¡¡¡CONQUISTAR AL MUNDO CON LA PALABRA!!” Y habrá llegado al
parnaso de la felicidad.
“¡¡¡CONQUISTAR AL MUNDO CON LA PALABRA!!!” Y habrá
conseguido la santidad.
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