“¡QUÉ LES PROPONGO A LOS JÓVENES!”
Propongo a los jóvenes que no olviden que la juventud es una época
maravillosa, enormemente creativa e irrepetible. Que no vuelve jamás y que hay
que aprovecharla.
La juventud debe vivir su momento y tratar de convertir la época
presente en ilusionante, esperanzadora y de crecimiento de las virtudes, por
haberlas recibido de sus padres y aceptado con responsabilidad.
No olviden, jóvenes amigas y amigos, que la vida es
intransferible, única e irrepetible.
Las distintas épocas de la vida son momentos de nuestra historia
que nos van marcando y orientando de una a la siguiente, y así hasta el final
de la vida.
Esto lo sabemos todos. No estoy descubriendo nada. Pero me parece,
al menos por las apariencias, que, en esta época, la juventud tiene unos
condicionantes desconocidos con anterioridad.
Esta es una época de escasas conexiones personales, de joven a
joven. No así virtualmente.
Se vive una vida de intensa actividad, dominada por dos instumentos
técnicos: el móvil y el ordenador.
¿Se viven informaciones virtuales con el móvil u ordenador, y que
no se viven de persona a persona, y cuando se viven no suele ser de una manera
continuada, sino esporádicas? ¿Estoy es lo cierto? No estoy seguro, aunque
muchos indicios me inclinan a responder que sí.
La facilidad de la comunicación y de la información por vías
técnicas, el móvil y el ordenador, es arrolladora, subyugadora y esclavizan. No
ocurre lo mismo en las relaciones interpersonales. ¡Por favor! ¿Estoy
equivocado?
Ruego, encarecidamente, que me corrijan o que me confirmen si lo
que estoy diciendo es correcto o no.
¿Es bueno que para proponerle algo a la juventud debe de estar
basado en las vivencias anteriores, para que fundamentadas en ellas sirvan para
las siguientes generaciones?
Mi aportación personal, que deseo hacer – según mi leal saber,
entender y vivir – es que lo virtual puede parecerse a la realidad, pero no es
lo mismo que la realidad, y en algunos casos no lo será jamás.
Jamás las palabras, de persona a persona, sustituirán a las
vivencias virtuales. Las caricias, las miradas, los susurros, todo aquello que
nos une en el amor, no tienen comparación en la realidad virtual.
El amor es unión y comunicación personal, no una relación virtual.
¿Qué les propongo a los jóvenes? Menos móvil y más comunicación
personal.
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