“¡LA FAMILIA Y LA SOLEDAD!”
La familia es tan
importante que gracias a ella hemos nacido usted, yo y todos. No tener familia
es un gravísimo problema y una enorme desgracia.
No hay nación si
no existe la familia.
No hay paz, y
menos social, si no existe la familia.
Y no hay felicidad
si no existe la familia.
La familia no se
improvisa, se crea cuando hay razones para ello.
La familia no se
forma espontáneamente, se necesitan unos conocimientos adquiridos desde niños.
No existe un
comportamiento familiar cuando los padres no son lo que deberían ser.
No hay disculpas
para que los padres, a conciencia, dejen de ser lo que tienen que ser, ya sea
porque ambos trabajan, o por cualquier otra razón que desestructure la familia.
La sociedad tiene
que buscar la solución a estos graves problemas que hoy padece la familia.
Usted y yo, todos estamos involucrados. La solución no sólo depende del vecino,
también depende de mí.
La sociedad tiene
que buscar los cauces necesarios para que los padres sean lo que son.
¿Saben que ya no
sólo hay mayores en soledad, es decir, que se sienten solos? Hoy hay jóvenes
que se sienten solos, que también sienten la soledad.
Los problemas de
la familia han ido aumentando de forma peligrosa. Y esto nos afecta a todos.
No van a estar
solos los mayores, ahora ya lo están los no tan mayores, los jóvenes, y esto es
mucho peor.
Le estamos sumando
muchos problemas y amargura a la vida, y dejándoselas a las nuevas generaciones.
Ya no sólo no
tienen trabajo los jóvenes, ahora los dejamos solos.
Y la única
compañía sincera, segura y necesaria es la familia.
Los padres, los
abuelos, los tíos y los primos, todos constituimos la
familia.
Pero para
ello tiene que existir el cimiento de unos padres que pueden y actúan como
tales, que están en todos los momentos decisivos de sus vidas, que no son solo
los de las comidas: son los de los estudios, el cuidado de saber con qué amigos
están, el cuidado de la notas, el corregirles en la mesa, en darles valores que
sean el cimiento de sus vidas, y que puedan decir ¡qué padres he tenido! ¡Han
vivido para nosotros!
Esto que acabo de
decir era la normal.
No creo que épocas
pasadas fueron mejores.
Creo que las
sociedades, como los seres humanos, enferman.
La cura la tenemos
fácil, de nosotros depende.
Y ahora que el
problema se ha ido agravado tenemos que buscarle soluciones, que las hay.
La familia está
atacada por muchos flancos: no se protege la vida, los hijos se crían solos,
los profesores no son respetados, no se controla el desmadre, la agresividad es
normal, tienen lujos sin saber el esfuerzo y trabajos de sus padres para
dárselo etc. etc.
Creo que no se les
están dando y enseñando valores éticos o religiosos.
Todos, sin dejar uno,
estamos obligados a contribuir a restablecer los cimientos y las vivencias del
valor incalculable de la familia.
Tenemos que tener
la conciencia clara del daño que se está causando no sólo a la sociedad sino a
personas en concreto, y en especial a niños y jóvenes.
Tenemos que ser
conscientes del daño personal, social, nacional y mundial que se está creando
con la destrucción de la familia.
¿Qué les estamos
dejando?
Creo,
sinceramente, que todos tenemos que preguntarnos:
¿Qué estoy haciendo por la familia, y qué les estoy dejando a mis
hijos?
Y a esas preguntas, esas o tales respuestas.
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