“¡¡¡EL COCHE!!!”
Convertir lo útil en imprescindible es una enorme
equivocación que arrastra al comportamiento esclavizante. Desde luego, no da la
felicidad.
Confundir la felicidad con la posesión de cosas perecederas
y materiales manifiesta una falta de educación y de valores. Es convertir los
medios en fines, sin necesidad y sin finalidad ni utilidad.
El coche es un medio, no un fin. Convertirlo en un fin es un
error.
La vida es muy corta -aunque se crea lo contrario- y
perderla en la búsqueda y cuidado de objetos materiales que se deshacen con el
tiempo, que cuestan dinero y disgustos, es vivir equivocado: es gastar energías
e ilusiones en algo que no se lo merece, y que normalmente trae como
consecuencia la pérdida de lo que sí vale la pena, de lo que sí merece atención
y sacrificio.
Hay quien hace sacrificios por mantener el coche cuando ese
tiempo y esos recursos los podría dedicar a vivir mejor, atender a los suyos,
disfrutar de la vida, de la familia y del amor.
El conductor nunca ve lo que le rodea, tiene que ir atento a
la carretera.
Ahora - que no conduzco para no contaminar- veo lo que no
había visto durante muchos años. ¡Me había perdido muchas cosas!
El coche es, además, un contaminador de la vida, del
ambiente, del bolsillo y de todo lo que nos rodea.
Vivir soñando e invirtiendo dinero, tiempo, esfuerzos en
comprar y tener un coche ¿le hace sentir más feliz y contento?
Por favor: dígame con toda honestidad ¿es más feliz teniendo
coche?
Ahora que no conduzco me siento más relajado, no tengo que
vérmelas con otros conductores maleducados y agresivos, veo y contemplo el
paisaje y el paisanaje, ahorro dinero. Y todos tan felices y contentos.
Dichoso aquél para quien el coche es un medio y no un fin, y
no confunde los medios como el fin.
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