“¡CREER EN EL SER HUMANO!”

 

“¡CREER EN EL SER HUMANO!”

“¡Creer en el ser humano!”  No tengo la menor duda: creo en el ser humano.
“¡Creo en el ser humano porque es humano y es mi hermano!”

Cuando el ser humano deja de ser hermano camina ciego a la perdición de la corrupción y del mal como cosa natural.

“¡La hermandad no sólo es una unión es también una solución!”
“¡Benditos sean los humanos que se aman como hermanos!”

“¡La felicidad está en el amor de los que se quieren, porque quieren y se aman como hermanos!”

“¡Creer en el ser humano!” Sin lugar a dudas. 

Soy un ser humano, nací de seres humanos, crecí, me educaron y me amaron seres humanos.

Mi vida la fundamenté en cuatro valores: Dios, la familia, los amigos y la comunidad. A ellos he tratado de dedicar mi vida.

Los valores aprendidos y heredados, y en los que fundamenté mi vida, me ha servido para crecer como persona, mejorándome constantemente, para ir con la honestidad camino de la santidad, meta soñada y deseada a la que quiero llegar por ayudar y amar.

“¡Creer en el ser humano!” Es una necesidad apremiante, que quien la olvida se equivoca pudiendo caer en el error de ser un ser humano comportándose como si no lo fuese.

“¡Ser un ser humano es la consecuencia de haber nacido, crecido y seguir vivo!”

¿Cuántos se deja de ser humano? Nunca. Desde que se nace ya se es para la eternidad un ser humano.

¿Adónde vamos como seres humanos?  Al paraíso de la felicidad en la libertad si es con honestidad.

¿Cómo llegar a ese paraíso? Con la educación, honestidad y el amor. 

“¡Quién ama, y es honesto y educado, es un ser humano bueno!”

“¡Ser un ser humano bueno es la mayor gloria terrenal camino de la eternidad!”

“¡La libertad y la felicidad se crearon para el ser humano!”

“¡Ser un ser humano es lo máximo que se ha creado!”

Creo en el ser humano.